Un día transcurría como lo normal en el gran castillo del brasileño el cual este compartía con su pareja e hijo. Roier se encontraba platicando con el menor de cabello rizado sobre aquel problema, trataba de ser delicado con sus palabras y no exponer aquella situación de una manera explícita, la resumía para que fuera más fácil de entender al menor. El mexicano tuvo la confianza de decirle a su hijo lo que había pasado pues el pequeño brasileño mostraba preocupación ante el debido comportamiento de su padre.
—Pero si Richars, ese fue todo el pedo— toma un sorbo de su café.
—¿No sabes nada de Foolish o Vegetta?— habla un poco torpe por su español.
—No, de ninguno, he estado aquí solo con tu papá — responde tranquilo.
Ese momento se ve interrumpido por una llamada al celular de Roier, este nos tarda en responder al ver de quien se trataba.
—¿Alo? ¿Papá?
—Soy Leonarda— contesta una voz familiar.
—¿Leo? ¿Que haces con el teléfono de Vegetta?— se le hace curioso.
—Me lo presto para que te llamara y te dijera que vinieras ya— su voz era algo dura.
—¿Y porque no me lo dice el o que?
—Porque esta MUY ocupado, será mejor que vengas— al momento en el que Roier se iba a despedir, la menor cuelga la llamada. El de banda se queda extrañado.
—Eh... Richars tengo que salir, Leonarda me hablo y que necesito estar en la casa de Vege, te veo más tarde— toma sus cosas con rapidez y se retira del lugar con prisa dejando al menor solo.
Leo había terminado de hablar con su hermano y no estaba de humor para hablar bien con alguien, su padre le habia dicho que le hablara para que se enterara de la noticia, pues al fin y al cabo, Vegetta sabia que el y Foolish se habían peleado y Roier no se podía quedar sin padres así que tendría que presentarle aquel híbrido oso que ahora vivía en la torre.
—Listo, ya viene en camino— dice a su padre pero antes de que se fuera a su habitación la detienen.
—Ey— Leo no voltea. —Se amable y tráeme un vaso de agua, pero que sea rápido niñita ¿si?— aquella petición del oso la había hecho enojar un poco.
—No, se puede levantar e ir por el— se niega sin mirar detrás de ella.
—Leonarda ya hablamos de esto, hazlo— la voz de su padre era firme como siempre al momento de llamarle la atención. Leo suspira pesado y no le queda de otra más que ir por aquel vaso y entregárselo al señor que estaba en la sala con su padre.
Leo se dirige a la cocina y sirve aquel vaso de agua, estaba haciendo aquello con ira que al momento de tomar un vaso de vidrio este se resbala de las manos de la menor y cae al suelo rompiéndose en pedazos haciendo que se cortara un poco su pierna por un pedazo que le alcanzo cortar, aquello lo escuchan su padre y el contrario.
—Leo, ¿qué carajos hiciste?— la voz de su padre al otro lado de la habitación era fuerte.
—Se me cayó un vaso y...— no puedo terminar debido a que el hibrido entró a la cocina.
—No sabes ni servir un estupido vaso de agua, ahora limpia el desastre que hiciste ya— aquella orden hizo enojar a la menor. Leo se gira para retirarse sin hacer caso a aquello pero al momento de querer pasar al híbrido este lo toma de los hombros. —¿A donde carajos crees que vas? Tienes que limpiar lo que hiciste niñita.— alza la voz.
—¡Que no lo haré!— se suelta de aquel agarre. —¡Ya estoy harta de que me mande hacer todo! ¡Esto no hubiera pasado si usted hubiera venido por el!— su paciencia se había acabado.
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Volverte a tener
FanfictionFoolish, uno de los mejores constructores de la Isla, se ve envuelto en una situaciones un tanto prometedora con su ex-pareja. A medida que pasa el tiempo, la situacion se vuelve más grave llegando a tal punto que esto llega a oidos de todos los hab...