El misterioso hombre

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Espero que disfruten este segundo cap 💜

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Estamos en su casa y hay ropa regada por toda su habitación.
-No los encuentro. –dice metida en su closet.

-¿De qué es la fiesta? –digo acostada en su cama mirando el techo.

-Te va a encantar. –dice emocionada. –Es de la mitología griega.

-Una vez fuimos a una. -amaba todo lo que fuese de la mitología griega, creo que en otras vidas nací en Grecia.

-Sí, hace dos años, fui Medusa. -dice malhumorada.

-Sí, yo fui Afrodita.

-Elegiste el mejor, perra. –me río. –Pero no los encuentro… ¡ya sé! –sale corriendo de la habitación y niego. Al rato entra con dos disfraces. La miro.

-Pensé que tenías más. -camina hacía mi.

-Los presté y me quedaron estos dos. –me levanto. –Perséfone y Afrodita.

-Bien, elijo…

-Ah no, esta vez yo seré Afrodita. –me río. –Tú serás Perséfone. -dice dándome el disfraz.

-Como guste, Diosa. -sonríe ampliamente.

-Me gusta, tienes que decirlo más seguido. –niego riendo.

-Hay que vestirnos, se nos hará tarde. -digo y ella agita su mano.

-Las mejores cosas llegan tarde.

-No lo discuto. –ella sonríe triunfante.

Me coloco el disfraz y me comienzo a maquillar.

-Necesito glitter. –la miro. –Afrodita no puedo no brillar.

-Tengo una sombra de ojos que tiene brillo ¿te sirve?

-Claro. –se la paso y comienza a colocársela.

Al rato estamos listas, Keila se mira al espejo y sonríe.

-Soy sexy. –me río.

-Lo eres, ahora, vamos Afrodita. –ella sonríe y salimos de su casa.

-Bien, estoy en papel. –dice subiéndose al carro y luego me subo yo.

-Si estás en papel entonces Zeus es tú hermano y no creo que a la esposa de tú hermano le agrade la idea. –digo riendo.

-¿Qué…? Asco. –se retuerce con asco y me río aún más. –Buscaré a otro Zeus, quizás sea sexy o a cualquiera, no lo sé.

-Eres muy perra.

-Niégame que no quisieras estar una noche con alguien sexy. –me encojo de hombros.

-¿Por qué no?

-¡Ajá! –me señala y nos reímos. –Bien, estamos listas, vayamos a la fiesta. –arranca.

Llegamos a una gran casa, la arreglaron para que luciera como el Olimpo o se pareciese. Nos bajamos del carro y hay varias personas disfrazadas.

-Esto será divertido. –dice emocionada Keila y me río.

-Sin duda alguna. –entramos a la casa y todo está decorado como en la antigua Grecia. –Estoy literalmente en el Olimpo. –Keila se ríe.

-Vamos por unas bebidas. –dice halándome.

Tropezamos con varias personas y me disculpo por eso, llegamos a un mini bar y el bar tender nos mira.

-¿Las señoritas desean algo? –dice coquetamente.

-Sorpréndenos. –dice Keila y el bar tender sonríe de lado.

Dioses Griegos. La llave de PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora