********************************Termino de transcribir la última columna y la dejo a un lado. Me estiro para dejar escapar un suspiro.
-Quiero que sea de noche rápido. –me digo para mí misma.
-Daria. -me dice la secretaria. Clara. La miro. –Tim quiere hablar contigo, dijo que era importante.
-¿En su oficina? –ella asiente. –Me va a botar.
-Claro que no, solo ve. –me levanto y camino hacia la oficina de Tim.
Era mi jefe, lo conocí por casualidad en una conferencia, tiene nos 30 años, es alto, tiene el cabello castaño y unos ojos verdes que son hermosos, ha logrado conquistar chicas con su mirada, sí, es muy promiscuo, lo he rechazado varias veces porque aparte de ser promiscuo cuando toma se vuelve violento ¿cómo lo sé? cuando fuimos a una fiesta de la editorial se agarró a pelear con su amigo porque me vio hablando con él.
Me detengo en la puerta y toco.
-Adelante. –dice y entro, está sentado fumando un cigarro. –Cierra y siéntate.
-Bien. –digo. Él apaga el cigarro y se acomoda. –Clara me dijo…-asiente.
-Te llamé porque quería saber algo. –asiento para que continúe. Sí, él le daba mucho misterio a todo y era frustrante. –Esta noche harán una fiesta…-se aclara la garganta. >>Ya sé por dónde va la conversación<< -Así que…
-Tim…-digo interrumpiéndolo. –Si iré, sé que quieres ir conmigo y es muy dulce, pero iré con Keila y sabes cómo se pone, tengo que cuidarla.
-Te puedo ayudar. –sonrío sin que se note mi incomodidad.
Siempre hace lo mismo y es muy incómodo decirle que no, sobre todo porque es mi jefe y cuando lo rechazo me coloca más trabajo del que puedo llevar.
-¿No irás con Sandra? Ella lo dijo. –levanta una ceja.
-¿Sandra? Yo no iré con ella, me pidió que fuésemos, pero…
-Deberías ir con ella, en serio quisiera ir contigo, pero no puedo, lo siento. -su rostro se vuelve duro y su mirada fría, entrelazo mis manos para calmar la incomodidad.
-Está bien. –me levanto. –Te quiero mañana a las 6am. –dice serio. >>Sabía que esto iba a pasar, lo hace por venganza<<
-Claro. –digo sonriendo fingidamente.
Salgo y me siento en mi escritorio dejando escapar un suspiro.
-¿Te pidió ir con él? –me dice Keila haciéndome sobresaltar.
-Perra, me asustaste. –se ríe.
-Cuéntame ¿te invitó? -ella sabía mi respuesta y aun así me hacía decirle, era una chismosa de primera.
-Sí. –niega riendo. –No es cómico, siempre lo hace y es difícil, sobre todo porque me dijo que estuviese mañana a las 6am.
-No vas a beber. –suelto un bufido. -O quizás si, eso depende. -niego. Ella se acerca a donde estoy. -¿Te digo algo cómico? –me dice casi susurrando. –Puedo hacerlo cambiar de parecer.
-¿Vas a tener sexo con él? -digo cómica.
-Es lindo. –niego riendo. –Y sexy…
-Y cuando bebe se vuelve agresivo. -suspira.
-Es lo de menos, cariño. –dice restándole importancia. –Así que divirtámonos esta noche y yo me encargo del jefe.
-Perra. –digo y nos reímos.
Cuando el reloj marca las 5pm salgo hacia mi casa, Keila es la que me lleva, consiguió su carro cuando salió con un hombre rico, ella lo botó y él le regaló un carro para que volvieran, a la semana ella lo volvió a botar, ahora la llama constantemente, ella dice que es molesto, pero divertido. No la entiendo a veces.
Llegamos a mi casa y me bajo.
-¿Buscarás tu maquillaje?
-Solo algunas cosas. –ella asiente y entro.
Decidimos que nos cambiaremos en su casa, ya que ella es la que tiene disfraces por montón.
-Daria, hija ¿cómo te fue? –me dice mi madre que está en el sofá viendo un programa de cocina.
-Me fue bien, mamá. –la abrazo. - ¿Comiste?
-Sabes que sí. –dice sonriendo.
A veces ella no come, porque a parte de sus crisis nerviosas, también sufre de depresión y me preocupa. Sin embargo ella lo intenta por mí y eso es bueno.
-Me alegro, mamá.
-¿Saldrás? -me dice apretando el control entre sus manos.
-A una fiesta…
-Daria…-dice con nerviosismo.
-Mamá. -agarro sus manos. -Estaré con Keila, no tomaré porque soy conductora designada. -miento. Si iba a tomar, me iba a proponer de disfrutar, aunque el imbécil de Tim me botara.
-Sé que tienes que vivir tú vida, pero…-suspira. –Me preocupo por ti.
-Lo sé y amo que te preocupes por mí. –ella sonríe. –Pero solo será una fiesta, además mañana tengo trabajo.
-Sí… ¿vendrás o te quedarás en su casa?
-Me quedaré en su casa. –ella asiente. Intentaba calmar sus nervios. –Tendré cuidado.
-Está bien. –me abraza. –No te vayas con desconocidos.
-No tengo 13 años, mamá.
-Aún sigues siendo mi pequeña. –me río.Mi madre tiene problemas en cuanto a confiar en la gente, no sé la razón, ella dice que es peligroso, entiendo, pero llegué a la conclusión que es por sus nervios.
Subo a mi habitación, agarro un bolso, meto un poco de ropa y maquillaje, bajo rápidamente ya que Keila me estaba esperando, ella ya sabía el proceso.
Mi madre me mira al bajar con el bolso.
-Prométeme que te cuidarás. –sonrío.
-Lo prometo, no te preocupes.
-Está bien. –la abrazo. –Te amo.
-Te amo, mamá, cualquier cosa me llamas. –asiente. Salgo y Keila me mira.
-¿Lista?
-A divertirnos. –arranca y me río.
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PRÓXIMAMENTE EL 15/12 "El misterioso hombre" nos vemos 😈
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Dioses Griegos. La llave de Pandora
FantasiMi nombre es Daria Mitchell, soy escritora de columnas en el periódico Times York, es aburrido, pero me gusta o eso creo, al menos me da lo suficiente para que mi madre esté feliz, quería algo diferente, pero ella sufre de crisis nerviosa, no podía...