-Daria, estás cometiendo un grave error...-era Zeus que estaba parado frente a mí, esta vez no podía ver en que lugar me encontraba.
-¿Yo? Tú fuiste el que lo arruinó todo desde el comienzo. -digo fríamente.
-Sí, admito que te mentí, pero...
-Y me borraste la memoria. –digo fríamente.
-Sí, lo siento, pero tienes que entenderme que era por tu bien. -su voz casi sonaba desesperada.
-¿Por mi bien? ¿De qué hablas?
-Hades solo te está mintiendo...-se acerca y retrocedo. –Daria...
-Aléjate de mí, no te quiero ver en mi vida y déjalo en paz.
-Sabes que no me quedaré de brazos cruzados mientras él te tenga, haré lo que sea para alejarte de él, no me importa quebrar el Inframundo, tú estarás a mi lado aunque me cueste la vida. –trago grueso.
-Haz lo que quieras, pero no lo olvidaré. –aprieta sus manos fuertemente. –Lo amo a él. –se escuchan truenos. –Déjame en paz.
-No. –dice serio y antes de que responda un rayo cae en medio haciendo que despierte bruscamente.
-Tranquila, logré desviarlo. –me dice Hades acostado a un lado mío, lo miro y está mirando el techo.
-¿Qué? –señala el techo y lo miro, había un agujero, se veía el cielo oscuro. –El rayo...
-Sí, lo lanzó, pero logré desviarlo. –me hala abrazándome. –No te preocupes, ya he lidiado con sus berrinches. –lo miro y sonríe.
-Eres muy tranquilo para estas cosas ¿cierto? –se ríe.
-Estoy tranquilo porque estás a mi lado. –sonrío. - ¿Qué más puedo pedir? –me encojo de hombros.
-Tú dime. -digo acariciando su cabello suavemente.
-Un abrazo tuyo. –me río y lo abrazo. –Y quizás pizza. –lo miro. - ¿Qué?
-Nada. –digo riendo.
-Sí, creo que el delivery no llega aquí. –nos reímos.
-¿Por qué no la haces tú?
-Posiblemente termine explotando la cocina como la última vez.
-¿Qué? –asiente riendo.
-Intenté encender el horno y hubo una gran explosión, lo único que escuchaba por horas era un sonido muy agudo. –me río. –No te rías... es difícil saber cuándo el gas está encendido para producir fuego. –niego riendo.
-Eres... ¿producir fuego? –asiente. –Eres una llama andante.
-Bueno, soy candente. –nos reímos.
-¿Qué harás con ese agujero?
-Se arreglará. -dice tranquilamente.
-¿Solo?
-No. –dice riendo. –Alguien. –lo miro y sonríe. –Tranquila.
-¿Y la fuente?
-Sí...eso si es un problema, solo una sola persona puede repararla.
-Hefesto. –asiente.
-¿Qué pasa si no se repara?
-No habrán muertes, lo que desestabilizará mi energía y seré solo un espíritu rondando por ahí.
-¿Es broma? –niega. –Tenemos que buscarlo...
-Zeus es un idiota, ahora está enojado y no aceptará que nadie entre al Olimpo.
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Dioses Griegos. La llave de Pandora
FantasíaMi nombre es Daria Mitchell, soy escritora de columnas en el periódico Times York, es aburrido, pero me gusta o eso creo, al menos me da lo suficiente para que mi madre esté feliz, quería algo diferente, pero ella sufre de crisis nerviosa, no podía...