TREINTA Y DOS

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Yunho y Jongho caminaban de la mano felices por la ciudad, después de comer y tener el estómago llenito, ya era todo lo que necesitaban, pero había más.

Caminaron unos minutos hasta que llegaron a un parque, en donde estaba lleno de parejas, al parecer algo iba a pasar.

Llegaron hasta los demás y Jongho confundido miraba al mayor, parecía como que todos sabían que iba a pasar y esperaban tranquilos.

— Hyung... ¿Qué hacemos aquí?

— Solo espera un poco más.

El menor suspiró y empezó a mirar a su alrededor, las parejas se abrazaban, besaban, reían juntos, jamás pensó que Yunho se atrevería a llevarlo a un lugar así, de verdad que estaba arreglando todo lo que no hizo antes.

Cinco minutos después, la magia comenzó, fuegos artificiales silenciosos y luces animadas empezaron a aparecer en el cielo, el menor con la boca abierta miraba cada forma que hacían las luces.

Estaba maravillado, sus ojitos se iluminaban y el mayor lo miraba con ternura, sabía que a Jongho le gustaban estas actividades, gracias a su madre.

Ella le contó como desde pequeño amaba Año Nuevo solo por poder ver las luces, colores y formas, que se quedaba asombrado y emocionado.

Y efectivamente, Jongho no podía concentrarse en otra cosa en esos momentos, sus ojos se movían a cada forma nueva que aparecía, aplaudía, se reía y daba saltitos.

— Tan bonito...

Susurró Yunho apreciando al menor, podría estar toda su vida viéndolo así, pagaría por ver siempre esos ojitos felices.

Cuando el espectáculo terminó, Jongho movió su cabeza rápido de un lado a otro, para volver en si, luego miró al mayor y saltó encima de él para besarlo.

Yunho lo agarró con fuerza y sujetándolo bien correspondió al beso, eso era lo más arriesgado que habían hecho hasta el momento.

Específicamente en ese momento, un día exacto para que fuera mayor de edad, ya era media noche y Yunho sabía debía ir a dejar al menor a su casa ya, o la señora Choi lo asesinaba.

— Me gustaría quedarme toda la noche contigo bonito, pero hice un compromiso con tu madre.

Dijo Yunho con un puchero, el cual el menor no dudó en besar, mordiendo suavemente su labio, lo que, tratando de ocultarlo, descolocó por completo al mayor.

Claramente no pudo ocultarlo y Jongho empezó a reír tiernamente, amaba todo, saber que cualquier demostración de amor nueva iba a provocar de todo en el mayor, eso le encantaba.

— Yunho hyung, ¿Nos veremos el día de mi cumpleaños cierto?.

Ahora era Jongho el que tenía un puchero, de verdad no sospechaba nada, conocía a su abuela y supuso que quiso celebrar un día antes su cumpleaños porque ella tenía otro plan ese día.

Yunho lo miró dudoso, con eso confirmó que el plan iba perfectamente, lo malo, debía mentirle a su chico y más encima decirle que no iba a poder.

— Perdóname Jongho, ese día estoy ocupado, pero prometo recompensarlo...

Sintió la miraba triste y el cambio de ánimo del menor, se quería matar, en esos momentos estuvo a punto de arruinarse todo el plan que habían organizado.

Yunho casi no aguanta y le cuenta todo para volver a ver esa hermosa sonrisa de Jongho, pero contó hasta diez y no le dijo nada.

Caminaron de la mano otra vez hasta el restaurante, donde estaba Seonghwa esperándolos, al subirse al auto sintió el ambiente raro y se preocupó.

𝐏𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐨: 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐯𝐨𝐬 ⭑ 𝐀𝐭𝐞𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora