CUARENTA Y NUEVE

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Todos los chicos ya estaban en el auto, como siempre, sentados encima de sus parejas y Yeosang de copiloto.

Seonghwa tenía dos botellas de agua cerca de él y dulces, para mantenerse despierto, Yeosang lo miraba con preocupación y ternura.

— Mi amor, si te sientes muy cansado, nos detenemos un poco, ¿Ya?.

El mayor asintió mientras movía sus manos nervioso, sabía perfectamente que no debía manejar en ese estado, pero que se podía hacer, ya no tenían cabaña y todos querían volver a casa.

Empezó el viaje y todo iba perfecto, Yeosang se encargaba de animar y mantener alerta a su novio, le contaba muchas historias y lo besaba de vez en cuando.

Cuando ya llevaban dos horas de viaje, el mayor se estacionó a un costado de la calle, debía descansar ya no podía más con la vista.

— Hyung, puedo manejar yo un poco si quieres, es solo camino recto y ya estoy aprendiendo.

— No hay forma alguna que te deje hacer eso San, es peligroso, por ti y por todos.

El pelirrojo asintió y siguió mirando por la ventana del auto fijamente a los árboles que a penas se veían.

Seonghwa cerró los ojos, necesitaba solo dormir cinco minutos para poder seguir el viaje, todo estaba en silencio y Yeosang se estaba colocando muy nervioso.

Le daba pánico estar en medio de una carretera, sin luces ni más vehículos, solo ellos y todos durmiendo menos él y San.

— San hyung...

— ¿Dime Yeo?.

— Tengo miedo...

El pelirrojo lo miró fijamente, la verdad es que él igual tenía miedo, sentía que algo malo estaba por pasar, pero esperaba que su corazón le estuviera jugando una mala pasada.

— Piensa qué hay 7 chicos aquí que darían todo de si para cuidarte si llegara a pagar algo Yeosang.

El menor lo miró con un puchero, esas palabras habían sido muy lindas y reconfortantes, si se sentía mucho mejor.

Le sonrió y volvió a mirar hacia el frente, suspiró mientras veía la calle, lo que las luces del auto lo dejaban ver.

Seonghwa despertó y tomándole la mano a su chico le lanzó un beso, haciéndolo sentir mucho mejor, ya estaba tranquilo.

El viaje siguió normal, pero hubo un momento en que el gps dejó de funcionar y el mayor no sabía a dónde ir, estuvo manejando derecho por la ruta por varios minutos.

Pero ahora habían dls desviaciones y no sabía si debía seguir de largo o seguir derecho, se mordió el labio nervioso y detuvo el auto otra vez.

Yeosang ahora estaba durmiendo tranquilamente, pero para su suerte era Yunho el que había despertado.

— Mierda... ¿De verdad se va ahora la señal?.

Los dos amigos se quedaron sin hablar, miraban a su alrededor, ni si quiera se veía luz de alguna casa para pedir ayuda, estaban solos en la nada.

Seonghwa volvió a andar, iba lento, decidió seguir de largo, total, en algún momento habrían carteles que indicarían dónde estaban.

Anduvo por media hora más, vió la hora, ya eran las 3 am, no había carteles ni nada, estaba entrando en desesperación.

— Mierda... mierda...

— Amigo, detén el auto ahora.

Le dijo Yunho con tono asustado, el mayor le hizo caso y se dió vuelta para mirarlo, no entendía que pasaba.

𝐏𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐨: 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐯𝐨𝐬 ⭑ 𝐀𝐭𝐞𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora