CINCUENTA

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Llegaron rápido a Seúl, luego de todo lo que pasó, decidieron comer mientras seguían el viaje, Yeosang se encargada de darle de comer a su novio.

Seonghwa manejaba demasiado rápido, odiaba eso, era un chico conocido por ser muy respetuoso con todo, un ejemplo de conductor.

Pero la situación lo ameritaba, todavía estaba curioso de porque Yunho le había dicho que detuviera el auto y se quedara en silencio, tenía mucha intriga.

Cada vez que le preguntaba, cambiaba de tema, supuso que era para que los demás no escucharan, debió ser algo muy malo.

Habían decidido pasar la noche en casa de Yunho, que era la más cercana desde donde venían, Seonghwa estaba tan cansado que no iba a poder ir a dejar a cada uno.

Cuando vieron el letrero, "Bienvenidos a Seúl", fue el momento más feliz de sus vidas, en ese día, que lo pasaron fatal.

La madre de Yunho feliz los recibió a todos, después del problema que tuvo con su hijo, quería hacer de todo para hacerlo feliz.

Tanto así, que cuando vió a Jongho fue corriendo a abrazarlo y decirle que estaba feliz de que estuviera con su hijo y que cualquier cosa no dudara en decirle.

Cosa que emocionó al menor, se aguantó las ganas de llorar pero todos notaron su rostro feliz, no pudieron evitar mirarlo con ternura.

La casa de Yunho tenían dos habitaciones extras, aparte de la que era de San en su tiempo, así que todo era fácil y perfecto, cada uno con su pareja.

Casi ni se hablaron, cuando se despidieron de la mujer, cada uno fue a una habitación y se durmiendo al segundo.

Finalmente el viaje había terminado, las vacaciones habían sido maravillosas, cada día, solo que esa noche todos terminaron asustados y cansados mentalmente.

« ✨ »

Pasó una semana desde que tuvieron el viaje por el cumpleaños de Jongho, los chicos disfrutando de lo que quedaba para pasar con sus familias.

Quedaban dos días para volver a clases, era el último semestre para Seonghwa, unos meses más y adiós universidad, estaba feliz y triste al mismo tiempo.

Yeosang estaba más triste que él mismo Seonghwa, a él le quedaban varios años aún y tendría que pasarlos sin su novio.

El mayor le prometía cada que hablaban del tema que iría a verlo lo más que pudiera y que lo iba a buscar a la universidad todos los días.

Le daba risa que Yeosang estuviera mal, si de verdad se verían todos los días, si están viviendo juntos, pensaba que su lindo novio era todo un exagerado.

Estaban los dos sentados en el living abrazados viendo una película, era de noche y que mejor que pasarlo juntitos.

Le tocó a Yeosang elegir una película así que claramente era una de animalitos tiernos, cosa que Seonghwa encontraba lo más aburrido del mundo, pero con tal de estar cerca de su novio y verlo feliz, todo.

— Q...ue lindo... ay amor... se abrazaron después de tanto...

Yeosang estaba llorando porque por fin se encontraron dos perritos que se habían perdido por una semana.

Seonghwa se reía, no podía más con su novio, era lo más tierno que había visto en su vida, lo abrazó fuerte y le beso la cabeza.

— Te amo Yeosang, no tienes idea cuánto...

— ¿Cómo esos dos perritos que por fin se encontraron?.

Preguntó y Seonghwa tuvo que tirar su cabeza para atrás para reír, de verdad que su novio lo iba a matar de ternura.

𝐏𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐨: 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐯𝐨𝐬 ⭑ 𝐀𝐭𝐞𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora