𝐏𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐨: 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐯𝐨𝐬 ⭑ 𝐀𝐭𝐞𝐞𝐳

CINCUENTA Y TRES

Pasaron unas horas y finalmente el médico salió otra vez para decirle a los chicos y a la madre de Yunho que ya había despertado y que se podía ir a verlo.

El médico vió a Jongho y supo de inmediato que era él, claramente porque era el único que no estuvo antes, le sonrío y le dijo que Yunho quería verlo.

Jongho tragó saliva y no pudo evitar mirar a la señora Jeong, supuso que era obvio que la madre debía ir a verlo primero.

— Debes ir tú Jongho, es a ti quien quiere ver, estoy segura que le hará bien.

La señora le sonrió sincera y los demás le asintieron para que fuera luego a ver a su enamorado.

Jongho tragó saliva otra vez y siguió al médico hasta donde estaba su chico, cuando le dió la orden de entrar, suspiró y se asomó por la habitación viendo a su chico acostado.

Tuvo que dar todo de sí para no largarse a llorar al ver como estaba, tenía una venda grande en la mejilla y otras pequeñas en la frente y mentón, si había caído fuerte.

Se acercó despacio y con timidez, cuando Yunho volteó la cabeza y lo vió, sus ojos se iluminaron, no pensó que el menor estuviera ahí.

— Jongho...

Fue lo único que pudo decir, porque tenía un dolor fuerte entre el mentón y la mejilla, que al hablar lo hacía sufrir, cosa que Jongho se dió cuenta.

— Shhh... no hables... te hace mal...

Jongho llegó hasta la camilla y se sentó en el espacio que había, tener cerca al mayor lo hacía temblar, estaba muy nervioso.

Yunho solo lo miraba con tristeza y con amor, sus ojos demostraban todo lo que no podía decir, Jongho no pudo más y empezó a llorar.

— Perdóname... todo es mi culpa, por mi culpa estás aquí, lo siento... lo siento hyung...

Yunho no sabía que hacer, no podía mover sus brazos porque tenía todo con cables e inyecciones, y no podía hablar porque le dolía.

— N...no digas eso... bonito... abrázame.

Se tragó el dolor y le habló, Jongho lo miró con un puchero y sin más, lo abrazó con cuidado, sin fuerza y casi sin tocarlo.

Escuchar que le dijera bonito lo calmó, extrañaba que lo tratara lindo, estos últimas días con suerte le decía por su nombre.

Se quedaron así por unos minutos, ambos lloraban, tenerse cerca era lo mejor que pudieron hacer en esa situación.

— Los chicos me contaron lo que sucedía... yo... pensé que me ibas a dejar... tenía mucho miedo... me trataste muy mal y me dio mucha pena...

Jongho trataba de no llorar pero era imposible, estaba tan débil, su corazón no podía con tanto, respiraba rápido y Yunho estaba desesperado, no podía hacer nada.

Con fuerza y dolor movió su mano y la puso en el muslo de Jongho, asustándolo por un momento, pero cuando empezó a acariciarlo lo miró con un puchero.

Su miraba mostraba arrepentimiento, cosa que el menor sí pudo entender, amaba sentir la mano de Yunho acariciarlo, lo calmaba.

Era increíble como con solo miraban lograban comunicarse, eso era estar conectados del alma, Jongho puso su mano encima de la del mayor y así se quedaron un tiempo más.

Habrán pasado más de veinte minutos cuando el médico les dijo que los demás igual querían ver a Yunho, cosa que hizo sonreír a los dos.

Jongho se acercó al rostro del mayor y le dió un suave beso en sus labios, haciendo sonreír a los dos otra vez.