[Archivo 26]: Remordimiento.

19 1 2
                                    

»Desde que volví de la guerra supe que nada volvería a ser igual. Es cierto que a mis ojos llegaban las mismas imágenes, pero en mi cabeza todo empezó a ser diferente.

Año 1019.

—Vale, este es el plan.

Jhonny estaba sentado en una mesa de un antro en las afueras de Néscora. Cuatro hombres escuchaban sus palabras mientras fumaban marihuana y bebían cerveza. 

—"El pelirrojo" y Marvin harán de señuelo. No podemos permitirnos que los guardias se enteren del palo. 

Marvin y un hombre más joven que el resto, que tenía el pelo profundamente rojo y desordenado, asintieron con la cabeza decididos. Jhonny continuó con la explicación.

—Ricky y "El Ojeras" serán los que se ocupen del golpe. Ya sabéis los detalles.

"El Ojeras" tocó la mano del detective.

—Claro que sí, guapetón. 

—Y yo, como siempre, seré el solucionador de problemas.

El pelirrojo protestó.

—¡Ahhhh! No es justo. Siempre te toca lo más fácil.

Jhonny le dio un trago a un vaso de whisky que había sobre la mesa.

—Mi trabajo sería sencillo si no supiera con certeza que te las vas a arreglar para echar todo a perder. Como siempre.

El pelirrojo se levantó bruscamente de la silla y tomó a Jhonny por las solapas de su gabardina.

—¿¡Qué diablos estás diciendo, Jonathan!?

Jhonny sacó una pistola de un bolsillo trasero de su pantalón y presionó el cañón contra la frente de ese hombre. 

—Lo primero, Lukas, no me llamo "Jonathan". Es Jhonny, con la 'h' justo después de la 'j'.

La expresión del pelirrojo pasó de agresividad a temor en un instante.

—Lo segundo, quítame tus putas manos de drogadicto de encima.

—Vamos, no te pongas así. Está bien, haré lo que digas.

El resto del grupo empezaron a reír a carcajadas.

—Estás de la puta olla, joder.

Jhonny se levantó y se dirigió a la salida.

—Vamos, panda de escoria. No tenemos tiempo que perder.

»Antes de haber pisado el campo de batalla, jamás se me habría pasado por la cabeza apretar el gatillo. Pero en ese momento, no tenía sentido para mí seguir pensando de esa manera. Recuerdo a mis compañeros agonizando hasta la muerte. Recuerdo sus gritos de dolor entrando por mis oídos para hacerse un sitio en mi memoria a largo plazo. Hombres que una vez soñaron con volver a su vida anterior, volver a ver a sus familias, estaban en ese momento suplicando por una muerte que pusiera fin a ese infierno. 

»Sobrevivir en la guerra podía hacerse complicado, pero lo realmente difícil era acabar con todo. No era raro sentir celos de aquellos que ya habían perdido su vida en la batalla. La envidia que sentíamos por ese estado sereno y sosegado en el que encontrábamos los cuerpos hacía que nuestros ojos fueran perdiendo la luz.

»Yo ya no veía la pistola como un arma. Era simplemente una herramienta. Ese "medio de transporte" que enviaba a la gente de un punto a otro. Simplemente eso. No hacía ni bien ni mal.

Pero no todos pensaban como yo.

Salieron de aquel bar y se pusieron a conversar mientras caminaban por las calles. Se podían ver algunos coches circulando por la carretera. Lukas se acercó a Jhonny.

El Paladín de Sangre: Lluvia NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora