[Archivo 39]: Sigue el plan.

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Tony abrió de nuevo la puerta de una patada. Fisk, que no se esperaba el retorno del intruso, se llevó tal sorpresa que casi se cae de una silla sobre la que descansaba tras el altercado.

—¿¡Qué diablos!? ¿¡En serio has vuelto!?

Tony decidió no tomar la ofensiva esta vez, y se quedó al otro lado de la puerta tratando de iniciar una conversación.

—Creo que hemos empezado con mal pie. Pero mis intenciones son todo menos adversas.

Fisk se acercó a la puerta y se decidió a cerrarla.

—¿¡No tienes nada mejor que hacer!? ¡Estas bloqueando la entrada! 

En ese momento, Tony se fijó en cómo el guardia llevaba una de sus manos a su cinturón, posiblemente tratando de sacar un arma de fuego. El detective tomó a Tippy y lo puso delante de él.

—Resulta que el padre de este niño es uno de los miembros del club. Si no me equivoco está ahí dentro ahora.

Tippy sonrió nervioso, intentando seguirle la corriente a su jefe. Fisk se mantuvo escéptico.

—¿Por eso tratabas de irrumpir en el Club como un cabestro?

—Pensé que si no hablaba con su padre directamente, no me dejaríais pasar.

Fisk cerró la puerta de un golpe.

—¡Pensaste bien!

Tippy empezó a alejarse de la entrada mientras intentaba llevarse a Tony con él.

—Vamos, señor Eagle, no nos van a dejar entrar jamás.

Tony seguía confiado, aún sonriendo.

—Tranquilo, solo espera un segundito.

—¿Eh?

Entonces, la voz de Fisk sonó desde el otro lado de la puerta.

—¿Cuál es su nombre?

—¿Su nombre?— Contestó Tony.

—El nombre de su padre. ¿Cuál es el nombre de su padre?

Entonces Tony sonrió más, enseñando sus dientes blancos y perfectamente alineados.

—Parece ser que se llama "Hiena". Tengo entendido que trabaja ahí.

Fisk tardó unos segundos en dar una respuesta.

—Está bien, hablaré con él. Esperad ahí.

Fisk llegó al departamento de apuestas, que estaba conformado por tres grandes sectores. El primer sector estaba repleto de jaulas, preparadas para que se pudieran hacer peleas en las que diferentes animales tratarían de matarse entre ellos o de matar a algún luchador con agallas. El segundo sector estaba dedicado a lo que llamaban "apuestas naturales", apuestas que se hacían sobre diferentes temas sociales, como quién saldría elegido en las siguientes votaciones, o las veces que llovería esa semana. En el tercer sector, por otro lado, se estaba preparando algún tipo de evento, por lo que estaba cerrado a todos los miembros del Club. Desde un salón se podían vigilar todos los sectores a través de una cristalera. Ese era el departamento de Hiena.

Fisk tocó la puerta.

—Hiena. ¿Estás ahí?

En ese momento, Hiena estaba siendo visitado por cinco chicas, a las cuales, con un chasquido de sus dedos, ordenó que se vistieran y que abrieran la puerta al visitante.

Antes de que una de ellas abriera la puerta, se puso los pantalones y se sentó tras la mesa de despacho que tenía en esa sala.

—Podéis iros, chicas.

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⏰ Última actualización: Jun 26 ⏰

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El Paladín de Sangre: Lluvia NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora