Ana todavía creía que estaba en otra dimensión, ahora iba en el auto del jefe rumbo a la oficina, ella con un vestido de novia, y él con un esmoquin a medida que resaltaba su atractivo.
Podía tener el corazón roto, pero no era ciega. El atractivo de su jefe era una verdad indiscutida... no obstante, en ese momento sus emociones estaban demasiado entumecidas, ni siquiera sabía por qué pensó que el traje le quedaba bien... Bueno, pensar en el atractivo de Cho Sang-Tae era mejor que recordar que la abandonaron en el altar y que debía empezar desde cero.
-... ¿Qué zona consideró para mudarse?
La voz de Sang-Tae se filtró a través del escándalo que eran los pensamientos de Ana, y lo miró, totalmente desconcertada por la pregunta.
-¿Qué?
La mandíbula del jefe se tensionó, Ana sabía que odiaba repetir palabras... tras tres años trabajando para él, aprendió a detectar cuándo estaba molesto y cuándo estaba VERDADERAMENTE molesto.
Esa vez no pudo descifrarlo, el origen de su frustración iba más allá de tener que repetir lo que acababa de decir.
-Conozco una buena empresa.-dijo, con una calma que tomó a Ana por sorpresa-y son eficientes, en diez minutos pueden ir a su departamento y desalojarlo...
-¿Y dónde voy a poner mis cosas, jefe Cho?-cuestionó, con la misma calma y paciencia-no tengo otro lugar... ni para mí ni para Chuchu. Deok-ha dijo que...
Pronunciar el nombre de su ex prometido fue doloroso, entendía la razón... pero se odió a sí misma por cómo lo dijo, con un tono ahogado que delataba las lágrimas contenidas. Carraspeó para omitir ese dolor.
-Dijo que estará fuera de Seúl por unos días, así que me dará tiempo para...
Los frenos del lujoso auto de Sang-Tae chirriaron cuando se detuvo, lo hizo porque llegó al semáforo, no por la revelación de su secretaria.
-¿Que ese idi... quiero decir, su prometido dijo eso? ¿Está fuera de Seúl?
-Ex-prometido-dijo Ana, esbozando una pequeña sonrisa... que para Sang-Tae significó una puñalada directa en el hígado-y sí... está fuera de Seúl ¿No conté eso?
-No. Definitivamente no.
-Pues sí, está en un avión ahora mismo... con su amante, o sería mejor decir nueva novia, no me dijo a dónde iba... sólo informó que estaría fuera, así que me daría tiempo para sacar mis cosas del departamento y...
Sang-Tae sintió una extraña y curiosa emoción de furia... extraña, porque él rara vez se ponía furioso, y curiosa, porque lo hacía desear tener en frente a ese tal Deok-ha para gritarle unas cuantas verdades...
Como que era el idiota más idiota de todos los idiotas, y si existía una categoría superior a la idiotez humana, él ganaba el primer puesto.
-Jefe Cho... ¡Jefe Cho!
-¿Qué?
-El semáforo ya está en verde, señor.
No había notado que sus oídos estaban zumbado hasta que se calmó lo suficiente como para escuchar el escándalo de las bocinas de los otros autos, carraspeó y avanzó para llegar a la oficina, como si no estuviera pensando en todos los insultos que le diría al ex prometido de su secretaria.
Por suerte, los pocos minutos que quedaron de trayecto a la oficina fueron en silencio, Ana ya sabía todo lo que tenía que solucionar sin necesidad de que se lo recordaran. Sabía que tenía que llamar al servicio de mudanza, sabía que tenía que buscar un nuevo departamento que aceptara mascotas, sabía que tenía que trabajar como burra para juntar para el depósito...
ESTÁS LEYENDO
Una luna de miel con mi jefe┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
RomanceHay ciertos temores que pueden tener las novias en su día de bodas, y para Ana el peor se ha vuelto realidad: su novio la ha dejado plantada en el altar con un salón lleno de murmullos y cotilleos. Para su sorpresa, apareció en su rescate su jefe, C...