-¿Qué?
Alex los miró, totalmente perdida, el único que frunció el ceño e incluso se enderezó en su asiento fue Steve; Sang-Tae notó cómo pasaba un brazo protector sobre los hombros de su esposa. Apreció ese gesto... aunque también sintió una punzada de celos, porque deseó hacer lo mismo con Ana, pero ella lo miraba como si quisiera clavarle algo filoso en la entrepierna, así que se mantuvo en su lugar.
-Vine sola a mi luna de miel.-explicó Ana, con voz monótona, sin emociones.-él... él sólo decidió acompañarme, no es mi esposo... o siquiera prometido.
-¿Entonces qué es?-cuestionó Alex, saliendo del estupor.
-Trabajamos juntos. -se apresuró a explicar Sang-Tae-no podía permitir que viniera sola después de lo que pasó.
Ana volvió a fulminarlo con sus dulces ojos miel.
-¿"Lo que pasó"? ¿Y qué pasó? ¿Por qué permitieron que creyera que estaban casados hasta ahora?
Ana comprendió que no tenía sentido explicar que todo fue un malentendido... o que Alex asimiló que eran esposos sin confirmar ese dato primero, era un gasto de energía innecesario, lo importante era que no deseaba continuar con la mentira y arruinar la reputación del jefe Cho, tampoco quería herir a Alex.
-Lamento haber mentido, Alex, Steve, ahora que surgió la oportunidad de decir la verdad, quería que ambos supieran esto... y que entenderé si deciden alejarse.
-Más que alejarme, quiero una explicación, Ana. Vi tus mensajes en el grupo, estabas muy entusiasmada por la boda y con todas las actividades que querías hacer cuando llegaras a Coolangatta...
-¿Grupo? ¿Qué grupo?-cuestionó Sang-Tae, curioso.
-Cuando estaba buscando los destinos para la luna de miel, entré a varios grupo de Facebook para tener más información-le explicó Ana, con el mismo tono monótono-encontré uno sobre Coolangatta y me uní por curiosidad...cuando menos me di cuenta, me enamoré del lugar y reservé los pasajes. Por eso nos identificaban como el matrimonio Kim al principio, porque así me presenté junto con Deok-ha...
-Ya quedó claro que él no es el Kim Deok-ha que aparece en el grupo ¿Qué le pasó? -Alex palideció al considerar las opciones-ay, no... ¿Le pasó algo? ¿Él está.... está...?
Ana se apresuró a negar con la cabeza.
-No, no, él está bien.
-Todo lo bien que puede estar un idiota como él.-murmuró Sang-Tae, con una mueca de fastidio.
-¡Jefe Cho!-lo regañó Ana.
-¿Qué?-preguntó él, pura inocencia.
-¿Entonces qué le pasó?-insistió Alex.
Ana suspiró como si el alma escapara de su cuerpo, el beso del jefe Cho minutos atrás, junto con todo lo que pasó, le sirvieron para olvidar un poco el dolor que la agobiaba, pero ahora tenía que revivir todo para decir a Alex la verdad, y le costó respirar.
-Bueno, verás... todo pasó el día de la boda...
Relató lo más esencial: que Deok-ha nunca apareció en la ceremonia, y que cuando lo hizo, fue mediante una llamada para avisarle que no iría a la boda, porque ya estaba en el aeropuerto de Incheon para viajar con otra mujer... su nueva novia,y que iba a empezar una nueva vida con ella.
Ana logró decir eso sin quebrarse emocionalmente, eso debería considerarse un gran logro, pero apenas terminó, no se sentía aliviada; el corazón le sangraba, y quería ocultarse en un lugar muy lejano para autocompadecerse... no obstante, debía esperar la reacción de Alex, si ella se levantaba de la mesa junto con su esposo y decidía cortar toda comunicación con ella, no los culparía.
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Una luna de miel con mi jefe┃Latinas en Asia┃EN EMISIÓN
RomanceHay ciertos temores que pueden tener las novias en su día de bodas, y para Ana el peor se ha vuelto realidad: su novio la ha dejado plantada en el altar con un salón lleno de murmullos y cotilleos. Para su sorpresa, apareció en su rescate su jefe, C...