28.

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Estábamos en el pesaje, saludamos a Marina y a los demás peleadores.

Pasaron Ampeter y Abraham Mateo, era turno de Sam y Marina, yo me encontraba en el público.

Todo empezó normal, se saludaron e hicieron preguntas comunes.

—¿Quién de las 2 ha puesto más problemas?— pregunta Ibai.

—Samy.— responde Marina.

—Ahí te va lo que pasa, yo empecé pesando 50 kilos, con mi antiguo contrincante habíamos pactado el peso de 54 kilos, llega Marina, pesa 59 y era buscar un punto medio y ella no quería bajar.

—Sí pero nadie se pega con el mismo peso, ¿me entiendes?— dijo Marina.

—Pero hay un rango.

Ibai preguntó si los 3 kilos eran claves, lo cual Sam aclaró que no eran 3 kilos eran 9.

Ibai volvió a preguntar si Marina había pensado dejar la pelea y ella respondió que sí por la diferencia de onzas.

—Sí, por la diferencia de onzas que querían plantearme, eso sí que es injusto.— se quejó.

—La diferencia de peso tampoco es justa.— dijo Sam.

—Tú novia o tú amiga ____, no sé que son, me pidió lo mismo y de una mala manera, ella no tenía porque meterse en esto si la pelea es de las 2.— comentó Marina.

Como era de esperarse la cámara se enfocó en mí, se vió que estaba molesta, hice un movimiento de no con mis manos para que dejen de enfocarme.

—¿Por qué te metes a una velada si no vas a querer bajar de peso o subir o adaptarte? Yo tuve que subir, dejé de llorar y subí de peso.— se dirigió Sam a su contrincante.

—No, yo no he llorado.

—Estás llorando, llevas llorando 4 minutos.— Marina se rió ante esto.

Siguieron con la discusión del peso, Marina se puso a llorar porque se le hizo difícil bajar de peso ya que no le gusta verse delgada.

Luego, se fueron a cambiar para que puedan ver su peso, primero se pesó Marina, ella pesaba 54.5, Sam se pesó y tenía 52.6 kilos.

Hicieron su último cara a cara y se notaba que Sam estaba emputada por todo.

Al salir, le dije a Sam que esté tranquila y que descansara porque necesita tener energías para sus 2 peleas.

Día de la Velada, me encontraba más nerviosa que mi novia, ya estábamos en el Civitas, llegamos al camerino, la pasamos ahí un rato, Sam se cambió para ir a la alfombra.

—Estás hermosa.— le dije al verla con su outfit.

—Gracias, preciosa.— me dió un beso.

Yo traía una casaca negra con el logo de Rivers.

Luego de la alfombra, le hicieron su chequeo médico a Sam y todo estaba bien, la peinaron, ya estaba todo listo para su entrada.

Primero pasó Marina, era turno de Sam.

—Y en la esquina roja con 52 kilos 600, un metro cincuenta y ocho, desde Monterrey, México. La reina de Latinoamérica y su puro pinche pío. ¡Rivers!— presentó Ari.

De fondo tenía la canción "The Final Countdown".

Al llegar al ring le dieron instrucciones a Sam, Ronny también le dió instrucciones.

—¡Tú puedes! ¡Dale muchos vergazos!— dije y Sam disimuladamente me mando un beso volado.

Comenzó la pelea, Sam inició con muchas energías, en cambio Marina no tanto, pararon un ratito la pelea porque el árbitro tenía que acomodar el casco de Sam.

Ella conectaba muchos golpes, sin dudarlo se estaba llevando el primer round, terminó se sentó en un banquito y Ronny le dió agua.

—Vas bien amor, no te detengas.— la animé.

En el segundo round, hubo un momento en el cual Sam se distrajo pero volvió con más ganas y arrinconó a Marina en las cuerdas y le dió muchísimo golpes.

—¡Eso mamona!— Gritó Osvaldo.

En el tercer round, ni que decir, era obvio quien ganaría, terminó y nos subimos al ring.

—¡Ya ganamos!— dice Ronny mientras cargaba a Sam.

Era momento de saber la ganadora, estaba muy nerviosa.

—Por dos jueces a uno.— hubo un silencio algo largo.— ¡Marina Rivers!

—¿Pero qué mierda?— fue lo único que dije.— Vayanse a la chingada, esto es un robo.— hablé molesta.

Ronny y yo fuimos a quejarnos con el jurado pero ellos no hicieron nada.

—El árbitro dijo que yo gané.— comentó Sam cuando estábamos en el camerino.

—Sí, pero ya sabes lo que hay.— habló Gerard.

—Conectabas golpes a lo desgraciado.— agregó Osvaldo.

Vi a Sam muy triste era obvio que lo estaría, quise darle su espacio por eso yo no le decía nada, también me sentía mal así que fui al baño.

Encendí mi celular y todo Twitter estaba loco, diciendo que era un robo, no estaban equivocados, me metí a otras redes y decían lo mismo, empecé a llorar de la impotencia que sentía en estos momentos.

—Preciosa, ¿ya sales?— me pregunta Sam desde afuera.

—Sí, espérame tantito.— me arreglé un poco para que no se diera cuenta.

—¿Por qué demoraste tanto?

—Nada, todo bien.— intente sonreír.

—Te conozco, no llores mi amor, a mi también me duele esto, pero tampoco me gusta verte así.— me abrazó.

Me sentía mal porque ella no debería de sentirse peor y yo al llorar hago que se sienta así.

—Me caga que te hicieran esto, ya no importa, ahora tenemos que estar bien porque no falta nada para tu otra pelea, sé que ganarás.— ella me da un beso y empezó a alistarse para su otro combate.

—Démosle la bienvenida, a la elegida.— dice Ari.

Cuando ella hizo su entrada para su otro combate estaba toda tapada, al subir al ring Ari le quitó la máscara y todo el público empezó a gritar, ahora sí Osvaldo, Ronny y yo fuimos a la esquina.

La pelea que tuvieron fue espectacular, las dos lo dieron todo y no hubo ningún inconveniente.

—Esquina roja, ¡Rivers!— Ari le puso el cinturón y yo no podía estar más contenta por el trabajo de Sam.

—Gracias a Rivers porque sin ella yo no hubiera peleado el día de hoy, quiero que todos le den un aplauso por ella, es la puta ama por pelear dos peleas en una noche.— dijo Mayichi, es un amor de persona.

Felicité a mi novia y ahora si después de tantas cosas podemos disfrutar la noche.

¿Amigas? (Rivers x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora