¿Amigas? (Rivers x tú)

7.

Eran las 9:00 am y ya estaba en la casa de Sam, ayudándola a crear un nombre para su equipo.

—Ya te di varias ideas y no te gustan.— me quejé.— Solo escoge una y se acabó.— pedí.

—No me convencen, aparte no tengo mucho tiempo para pensar en un nombre.— comentó.

—Bueno, qué tal si para el nombre te inspiras en tu comunidad. Les dices pollitos de colores, ¿no?— recordé.

—Sí wey, pero ni modo que el equipo se va a llamar pollitos de colores.— se burló.

—Busquemos algo que se relacione con eso.— dije obvia.

Nos quedamos en silencio un momento, mientras seguíamos pensando en algún nombre.

—Ya sé wey, pío.— habló.— Es lo que hacen los pollitos.— explicó.— ¿Tiene sentido, no?

—Tiene lógica, me gusta.— respondí.

Sam ya tenía el nombre de su equipo, así que después empezaría a ver lo del escudo.

Como estábamos aburridas nos pusimos a ver una serie, así pasamos la mañana. Luego de varias horas, yo me tenía que ir porque necesitaba hablar con Ama para pedirle unas disculpas, por eso, me despedí de Sam.

Intenté llamar a Ama pero no contestaba, no me quedaba de otra que ir a su casa. Toqué la puerta unas cuantas veces hasta que me abrió.

—Hola.— saludó evitando mirarme.

—¿Puedo pasar?— se hizo a un lado para dejarme pasar.— Mira Ama, sé que lo que te hice estuvo mal, dejarte ahí sola cuando ya habíamos quedado en algo, no debí hacer eso, lo siento.— dije.

—Ya no estoy molesta por eso.— aclaró.

No quise preguntar porque la noté un poco rara y no quería presionarla a que me contara sus cosas. Me quedé mirando el piso, pero sentía su mirada en mí.

—En realidad esos pensamientos tienen que ver contigo ____.— susurró. — Estuve pensando en todo lo que te voy a decir ahora.

—No te entiendo, Ama.— comenté, ella solo suspiró.

—Necesito que me escuches y que no me interrumpas.— pidió y asentí.— ____, en estos días estuve pensando en cómo decirte esto.

—¿Qué cosa?— pregunté sin entender nada.

—Escúchame y no me interrumpas.— volvió a pedir.— Sé que esto te puede tomar por sorpresa, pero es momento de que te lo diga, no sé que me pasa cuando estoy contigo, no te imaginas todos los sentimientos que causas en mí, no sé como expresar estos sentimientos, siempre me pierdo en tu sonrisa, en tus lindos ojos que me tienen hipnotizada, eres muy linda, me encanta como apoyas a los demás, me encanta cada parte de ti, me gustas ____.— confesó.

No sabía que responder, esa confesión me dejó en shock.

—No me digas que no eres para mí, porque yo no quiero otra sonrisa que no sea la tuya, no quiero otros abrazos o besos que no sean los tuyos, no sabes como me encantaría caminar de la mano contigo, sé que esto es muy raro para ti, pero quisiera que empecemos a intentar algo, ¿qué dices ____?— cuestionó.

No sabía que decir no quería responderle a Ama, no quería lastimarla.

—No sé Ama, esto es muy repentino, no me lo esperaba.— exclamé.— Es que yo pensaba que te gustaban los hombres.

—¿Te gusta Samantha?— preguntó de repente, eso no tenía nada que ver en estos momentos.

—No, claro que no.— mentí.— ¿Por qué piensas eso?— pregunté.

—Olvídalo, solo quiero saber que piensas de todo esto, sé sincera.

No respondí, no sabía qué decir, a mí me gusta Sam, pero eso no quiere decir que quiera lastimar a Ama. Ella al notar que no decía nada, me sacó de mis pensamientos.

—No es necesario que me des tu respuesta hoy, cuando la tengas me llamas.— avisó.

Asentí, me despedí de ella y salí de su casa, mi cabeza estaba hecha un caos, ¿por qué me pasan estas cosas a mí?