Capitulo 3

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Tu y Keegan caminaban por los pasillos camino a tu habitación

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Tu y Keegan caminaban por los pasillos camino a tu habitación.

Keegan: ¿Cuál es tu habitación, muñeca?

- Es aquella *apuntas a tu habitación*; ven, sígueme.

Mientras caminabas, Keegan no dejaba de ver el contoneo de tu trasero con cada paso que dabas.

Keegan: Mmmmm, eso es una maravilla.

- ¿Dijiste algo?

Keegan: No, no. Vamos, abre antes de que alguien me vea aquí *sonríe*.

Abriste la puerta y jalaste a Keegan hacia dentro de la habitación.

Keegan: Espera...

Pusiste llave a la puerta, te giraste con Keegan y lo empujaste sobre la cama.

Keegan: *traga saliva* Vaya, por lo que veo te gusta ser dominante, muñeca.

- Es por la borrachera que traigo encima *sonríes*.

Te quitaste las botas y las arrojaste a un lado, te paraste enfrente de Keegan, desabrochaste tu pantalón, luego pasaste a desabrochar la camisa de tu uniforme, botón por botón. Terminaste de desabotonar tu camisa, la dejaste caer al suelo, bajaste tus pantalones hasta quitártelos, quedaste en sostén y un boxer a media nalga.

Keegan: Quítate el sostén, quiero verlas..

Sonreíste ante su petición y lo hiciste. Keegan no dejaba de mirarte, estaba embobado con tu cuerpo.

Keegan: Ven acá.

Te jaló hacia él, sentándote sobre su regazo, quedando frente a él. No dejaba de mirarte, era como si quisiera grabar en su memoria cada detalle de tu cuerpo. Acerco su boca a uno de tus senos para posteriormente empezar a besarlos y lamerlos. Esto provocó que te estremecieras y te arquearas. Tenías años sin que un hombre te tocara, el último hombre con el que estuviste fue Simón. Así que estar con Keegan era algo completamente nuevo y diferente para ti.

Estaba perdido en la suavidad de tus pechos, besaba uno luego otro, lamía uno de tus pezones y luego pasaba al otro. Sus manos fueron bajando por tu espalda hasta llegar a tu trasero, te dio una tremenda nalgada.

Keegan: ¿Sabías que tienes un rico trasero? Es muy apetecible y follable *sonríe*.

-Tómalo, es tuyo por esta noche.

*te quitaste el boxer*

Keegan: Ay, muñeca, no debiste decirme eso... Voy a hacerte mía cuantas veces se me antoje esta noche, y de la manera que más me guste. *Te da otra nalgada*

- Uyyy, por lo que veo, ¿te gustó mi trasero, no?

Keegan: Mmm, bastante sí...

- Ahora déjame verte.

Fantasmas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora