VIII. Confidencias, recomenzar, ¿latidos de amor?

3.9K 353 30
                                    

Reír nos hizo invencibles. No como los que siempre ganan sino como aquellos que no se rinden —Frida Kahlo.

El día domingo no tenía pinta de que sería soleado, pero eso no evitaría que saliera con su madre; primero, a hacer las compras de la casa y luego ya buscaría un lugar para mudarse lo antes posible, tenía ahorrado el dinero para hacerlo porque es algo que venía pensando desde hace meses.

No pretendía estar mucho tiempo en casa, como suele pasar sus domingos con su madre, porque probablemente, el primer lugar en el que Juwon podría aparecerse era en casa de Charlotte, su falsa preocupación por saber dónde dormía estaba bien disfrazada de sus ansias de querer controlarlo y lo conocía lo suficiente como para saber que aquello solo era una trampa para él asegurarse de que no mentía respecto al lugar y con quien estaba, porque él ya lo sabía y solo preguntaba: 1. Para confirmar, 2. Para tratar de convencerlo de que fuera adonde él pudiera tener control de él.

Todo aquello, siempre lo disfrazaba con preocupación y un tono de voz apacible, era manipulador, pero han estado juntos por un poco más de ocho años, así que lo conocía como a la palma de su mano.

Ya era mediodía cuando llegaron al supermercado, mismo que estaba bastante concurrido como para ser un domingo casi lluvioso en el que la mayoría de personas se supone que deberían quedarse en casa por el ambiente, pero no, había fila para pagar, ya eso era suficiente.

Almorzaron juntos en el restaurante de comida inglesa que a su madre tanto le encantaba, no se quejaba de la comida, pero prefería el picante del pollo dakgangjeong, el queso en el ramyeon, la mayonesa en el arroz con algas y bulgogi, pero también era un británico con rasgos más asiáticos que británicos que amaba la comida coreana.

Como era de esperarse, su madre eligió ese momento para tocar el tema del que ha estado tratando de escapar desde que llegó a casa, pero no tuvo otra opción que contarle todo lo que sucedió con Juwon, sin dejar de lado lo que hizo su esposo como para que él tomara la decisión de divorciarse.

Por supuesto que Charlotte se sorprendió cuando escuchó el relato de su hijo, nunca se imaginó que Juwon fuera capaz de hacer algo como eso, pero lo que más le sorprendía es que su hijo no parecía tan afectado al respecto. Taehyung siempre ha sido un niño fuerte durante su niñez y adolescencia, pero aun así esperaba que él mostrara algún signo de dolor, pero en su rostro sólo pudo ver decepción.

Es un hombre responsable y cada vez que lo veía sentía que crecía más, aunque ella lo viera como su niño, aunque tuviera treinta, él siempre ha sido su hijo consentido porque es el único que tiene y de solo pensar en que podría pasarle algo, se sentía enferma.

Su hijo siempre fue muy valiente, incluso mientras le contaba que estaba divorciándose del hombre con el que ha estado por tanto tiempo. Recordaba la primera vez que él fue a su lado y le dijo: «Mamá, hoy besé a un chico y me gustó, creo que me gustan los chicos".

Su esposo ya lo sabía y ella tenía la sospecha también. Mientras vivieron en Europa fue maravilloso hasta que tuvieron que mudarse a Corea, porque la madre de su esposo estaba al borde de la muerte y nadie más podía cuidarla además de él. Fue como un choque para ella y para Taehyung que solo había estado allí de visita, la vida era completamente distinta y fue difícil para él acostumbrarse a no tener la misma libertad que tenía en Europa respecto a su sexualidad, incluso en ese momento, él fue valiente.

A Charlotte le costó mucho más cuando su esposo partió para siempre, fue difícil sacar adelante a su hijo sola. Tenía una carrera que prácticamente empezaba desde cero cuando su inglés no era suficiente como para conseguir un trabajo que pagara lo que realmente merecía una diseñadora de interiores.

Show MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora