VII. Idea del amor, toxico, embriaguez

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Los recuerdos están destinados a ser glorificados. Como si ya se hubieran desvanecido, como un sueño, nosotros que entonamos un "para siempre" ya no estamos. ¿Es a nosotros a quien extraño?, ¿O es el arrepentimiento y los remordimientos de ese entonces? —Min Yoongi.

Fui recibido en la puerta del apartamento por mi hermana, quien se veía mucho peor de lo que pensaba que estaría. Usaba su ropa de pijama, pantuflas, su cabello estaba vuelto una completa maraña, y su ceño fruncido me alertó que no estaba de buen humor.

Dejó la puerta abierta de par en par, dándome la espalda para salir corriendo al baño de visitas y desde la cocina solo pude escuchar como tosía y vomitaba. No me atrevía a entrar allí y ver el desastre que hacía, me conozco y sé que vomitaré con ella si la veo.

Sin más, empecé a preparar el caldo en la cocina de isla abierta, desde donde tenía una vista completa de toda la sala de estar y el comedor. Se nota que Seokjin ha estado cocinando bastante por los platos sucios, comida dejada a medias. Ella realmente no se sentía bien.

—Esto es una mierda —la escuché maldecir detrás de mí—. ¿Qué haces en mi cocina?

—Cocinándote algo para aliviarte.

—La vomitaré —se quejó dejándose caer sobre el sillón de la sala de estar, echando la cabeza hacia atrás y suspirando.

Me acerqué lentamente a ella, y levanté su blusa para confirmar que su estómago estaba vacío, se notaba a leguas que sí.

—Seguro ya no tienes nada en el estómago, tienes que comer algo con ajo para fortalecer y poder comer algo sólido luego.

—Creo que serás tío —dijo de repente. Si ya no lo supiera probablemente me hubiese desmayado de la impresión, pero era mi hermana, estaba más que acostumbrado a sus repentinas noticias.

—¿Tú crees? Yo estoy seguro que serás madre —señalé colocándome detrás de ella. Eun-joo me siguió con su mirada, como si estuviera tratando de leer mis pensamientos.

Fui hasta su habitación que estaba peor de lo que imaginaba y tomé de su tocador el cepillo que aparentemente su cabello no conocía en esa tarde. Al volver a la sala de estar.

—Seokjin ya te dijo —concluyó mientras yo trataba de quitar la liga enredada en su cabello, por alguna razón su pelo era un completo desastre.

No dije nada porque pareciera que debía hacer un diplomado para entender cómo desenredar su cabello. Ya tenía el cepillo en mi mano, pero no podía hacer nada mientras tuviera la coletera en medio de todo ese embrollo.

—Yo madre, pensé que nunca lo lograría —dijo cerrando sus ojos y de vez en cuando dejando caer su cabeza hacia atrás mientras le cepillaba el cabello.

Peiné cada hebra que caía sobre su frente y los até en una coleta para que al menos recuperara un poco de su apariencia de embarazada primeriza en su peor momento.

—Tu esposo será muy afortunado de tenerte, Kook —susurró mirándome con sus ojos brillantes—. Sabes cocinar, aunque lo hagas poco, sabes cómo cuidar a alguien, tocas la guitarra, cantas, y eres lindo.

—¿Quien dijo que me voy a casar? —cuestioné caminando devuelta a la cocina—. Para empezar, se supone que debes tener a alguien más para casarte, ya ni recuerdo cuando fue la última vez que besé a alguien.

De pronto tuve a Eun-joo detrás mío tomándome con fuerza de los brazos, estaba a punto de hacer un drama por mi confesión, de eso no tenía dudas.

—¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo hermano? —preguntó con sus ojos muy abiertos. Me volteé rodando los ojos y puse mi concentración en lo que cocinaba para ella.

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