XV. El horizonte de nuestros sueños

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Canción del capitulo:
Bloom de Aqyila

Encontré a una persona que es como mi canción favorita, y la verdad, me gustaría escucharla por el resto de mi vida —Anónimo.

Aquella mañana Jungkook se despertó con la luz suave de la mañana que se filtraba a través de las nuevas cortinas, instaladas por él mismo, precisamente, para poder dormir más ahora que podía permitírselo.

Aún medio adormilado, extendió la mano hacia el lado de la cama donde esperaba encontrar a Taehyung, pero lo único que sintió fue su lado de la cama aún tibio.

Movió las sábanas desarregladas y cubrió más su cuerpo completamente desnudo al sentir la brisa erizar su piel. Se acurrucó aún más, todavía pasando su mano por el lado de la cama de Taehyung, sintiendo un ardor en su espalda baja y algo de dolor en sus piernas.

Una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar los eventos de la noche anterior

Lentamente abrió los ojos y al hacerlo, algo brillante capturó su atención. El anillo en su dedo resplandecía bajo los primeros rayos de sol, casi como si tuviera vida propia. Se veía hermoso en su dedo, los diamantes sutiles y el oro brillante.

En ese momento, mientras miraba el anillo en su dedo, recordó aquel viaje a Jeju en el que se hicieron la pregunta: "Si pudieras guardar un recuerdo para siempre en una caja de cristal y sacarlo como si fuera DVD que podrías ver como una película, de esa manera no lo olvidarías nunca y lo tendrías a la mano siempre que quieras recordarlo, ¿Cuál sería?".

Si tuviera que decir en qué momentos de su vida fue más feliz, definitivamente incluiría su cita en el Abbey Road Studio con Taehyung. Es un recuerdo que definitivamente pondría en esa lista.

Tomó la almohada de Taehyung y con ella cubrió la sonrisa de tonto que no podía borrar de su rostro desde la noche anterior, cuando su ahora prometido, en el corazón de la música, le pidió que pasara el resto de su vida a su lado.

Nunca había considerado la idea de casarse o formar una familia. El concepto de compromiso siempre le pareció lejano, algo que veía en otros pero que nunca pensó que él buscaría. Pero entonces, Taehyung entró en su vida, y con él, muchas cosas que antes no consideraba en sus planes, como por ejemplo, mudarse a un país como Londres.

Cada vez que miraba el anillo en su dedo, sentía que algo nuevo y emocionante se encendía dentro de él. Felicidad, amor, y una pizca de incredulidad. ¿Cómo era posible que el destino le hubiera regalado a alguien como Taehyung? La idea de formar una familia, de compartir su vida con alguien de manera tan completa y profunda, había pasado de ser algo impensable a ser lo único que deseaba.

Con esos pensamientos aún rondando en su mente, recordó cómo terminó su cita después de la pedida de matrimonio.

En cuanto llegaron al apartamento, ambos se miraron con complicidad, conscientes de que la noche para ellos apenas iniciaba.

—Deberíamos celebrar —consideró Jungkook al quitarse los zapatos en la entrada.

Taehyung sonrió, de esa manera que hacía latir el corazón de Jungkook con fuerza y esa mirada que le dedicó mientras se quitaba el suéter verde, quedándose tan sólo con la camisa debajo.

El guitarrista terminó con la distancia entre ellos en el momento que Taehyung se acercó lentamente a él con una sonrisa ladeada. Sintió cómo el calor del cuerpo de Taehyung se fusionaba con el suyo mientras sus labios se encontraban. Fue acorralado contra la encimera de la cocina y sus manos fueron hasta el cabello del hombre que devoraba sus labios con intensidad.

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