XV. Encontrarme

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La suerte es lo que sucede cuando la preparación se encuentra con la oportunidad —Séneca.

¿Qué si estaba bien? Por su puesto que no estaba bien, acababa de enterarse de que Taehyung es el dueño del bar, fue algo que no esperaba para nada, pero muchas cosas cobraron sentido ahora que lo sabía.

Todas las veces que se preocupó por las bebidas que él le brindaba por cortesía, las ocasiones que no fue a trabajar, y joder su vestimenta tan diferente a la de los demás, el hecho de que él tuviera acceso a la parte trasera del bar, ahora todo parecía tan obvio que quería pegarse contra la pared al recordar todas esas ocasiones en las que hizo el ridículo con algún comentario sobre su jefe, cuando es su propio jefe.

Sabía que debía tener algún puesto de gerente, porque después de todo era quien abría y cerraba el bar, pero nunca cruzó por su cabeza que él fuera el dueño del bar más famoso de Gangnam.

Ni siquiera era capaz de responder a una simple pregunta por parte del castaño. Más que estar sorprendido por la posibilidad de obtener un contrato con un sello discográfico, el saber lo de Taehyung era aún más sorprendente y por supuesto que aumentaba su nerviosismo.

Recordó cuando llegó al bar y llenó su solicitud para empezar a tocar con su banda, lo que no recordaba es que este haya sido quien lo llamó para contratarlos, y cada cosa que pensaba lo llevaba a otra que era aún más vergonzosa cuando tenía en frente a Taehyung, mirándolo expectante a su reacción cuando seguía intentando regular su tos.

Cada cosa dicha en sus anteriores conversaciones, tenía muchas preguntas que hacer respecto a su reciente confesión, pero no podía hacerlas mientras sus amigos estuvieran presentes.

—¿Todo bien? —preguntó Taehyung cuando este terminó de tomarse el agua.

—¿No? —susurró Jungkook al aclarar su garganta.

—No es la gran cosa, ¿o sí? —cuestionó Taehyung con toda su atención en Jungkook.

—Es un detalle que no mencionaste antes —consideró.

—¿Habría alguna diferencia? —preguntó Taehyung acercándose más a dónde estaba Jungkook acomodando su cabello con nerviosismo.

—La verdad es que no —contestó en un susurro.

Al dar esa respuesta, Jungkook se cuestionó si realmente no hacía ninguna diferencia el saber que él era el dueño, que el hombre que le gustaba era el dueño.

Ninguno de los dos se dio cuenta de cómo el resto de la banda observaban como ellos parecían olvidar que no estaban solos, como si hablaran en un lenguaje que solo ellos podían entender.

—Señor Kim, una pregunta. —La voz de Cyrus interrumpió el juego de miradas entre Jungkook y Taehyung.

—No les dije quién soy para que empezaran a tratarme de señor. No es necesario —dijo casi entre risas por el repentino cambio de nombre.

—Eres quien nos paga a nosotros, debemos de hacerlo —consideró Jungkook terminando de tomarse el Gin tonic, si iba a hablar por más tiempo con Taehyung, iba a necesitar la ayuda del alcohol para ello.

—Yo les digo que no —señaló Taehyung—. ¿Cuál era tu pregunta?

—¿Será una presentación exclusiva para esa persona o vamos presentarnos cómo lo hacemos siempre? —expresó Cyrus con cierta preocupación.

—Se presentarán como siempre así que descansen, ensayen y den lo mejor de ustedes como en cada ocasión.

Taehyung respondió a cada una de las preguntas de la banda sin dejar ningún detalle fuera. Al menos ya sabían cómo debían vestirse, que debían presentar para impresionar, se notaba que él ya tenía una idea de eso que llama la atención de hombres así.

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