XIX. El muro de las artes

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Te quiero aquí, cerquita del mar y el atardecer, mientras te posas en mi hombro y vemos la luna nacer —Roos.

El sueño se apoderó de sus cuerpos después de que Jungkook tocará dos canciones más, aunque sin cantar. Se rieron con complicidad ahora que había cierta intimidad entre ellos, no porque estaban solos en la playa, bajo la luz de la luna, lo que, por supuesto era algo romántico, sino porque ambos han sido más sinceros entre ellos respecto a sus sentimientos.

Taehyung deseaba poder ser mucho más honesto con el chico que ahora se encontraba durmiendo a su lado, pero seguía tendiendo esa idea en la cabeza de que no es algo tan sencillo para decírselo al hombre que le gustaba. Se propuso contarle todo lo de Juwon en cuanto volvieran a Gangnam, encontraría el momento para hacerlo, al menos eso esperaba. Entendía que, si quería dejar a Juwon completamente en el pasado, debería empezar por contarle toda la verdad a Jungkook si es que realmente quería tener algo con él.

Se supone que estaba cambiando su forma de ser, de ser tan despreocupado en temas del amor, como lo fue en su anterior relación. Esta vez quería hacer mejor las cosas; aunque no había un manual para ello, entendía que su actitud hacia las relaciones amorosas no debería ser la misma si la última vez le fue tan mal. El amor nunca ha sido lo más importante para él, siempre ha estado apegado al trabajo y a su vida profesional, todo lo demás lo hacía para mantener su imagen de ser un hombre exitoso, ¿pero de que le valió? Al final fue como clavarse el mismo el cuchillo.

En medio de aquella nube de pensamientos y los pequeños ronquidos de Jungkook, quien dormía profundamente a su lado, terminó tan dormido como su compañero.

La mañana se sintió mucho más cálida que el día anterior, Taehyung podía sentir el calor que hacía en la recámara cuando apenas abrió sus ojos, se había despertado a causa de este, pero luego se dio cuenta de que no se debía precisamente al clima sino al cuerpo que lo abrazaba por detrás casi cubriendo su cuerpo completamente.

Su mirada bajó al brazo tatuado alrededor de su cintura, en ese momento se sintió tan pequeño estando entre los brazos de Jungkook, no estaba totalmente despierto cuando se dio cuenta de lo cálido que se sentía el cuerpo del pelinegro contra el suyo, pero lo estuvo cuando sintió algo duro pegado a su trasero, no quería moverse muy rápido porque eso lo espantaría y por los ronquidos podía asegurar que este dormía profundamente.

Ahora que estaba más consciente de lo que pasaba, sintió la respiración de Jungkook en su cuello y seguido de ello su piel erizarse. Estaba prácticamente encogido entre los brazos del azabache.

—Jungkook —susurró suavemente y cuando este lo contestó volvió a llamarlo, esta vez moviendo un poco su brazo, pero sin apartarlo completamente.

—Un rato más —pidió Jungkook con voz ronca, apretándolo aún más entre sus brazos.

Taehyung estaba seguro de que no se había dado cuenta de la situación en la que estaban, entendía perfectamente qué sucedía con su cuerpo porque él también era hombre y le pasaba, lo que no esperaba era que sentiría a Jungkook por primera de esa manera, no cuando este seguía medio dormido y sin darse cuenta de que lo estaba abrazando, lo que probablemente hizo toda la noche.

—Jungkook, puedo sentir tu erección —dijo esta vez en un tono de voz más alto.

En el momento que sus palabras fueron pronunciadas sintió la mano del contrario moverse de manera abrupta, Taehyung casi se cayó de la cama por el rápido movimiento de Jungkook, quien gritó mientras se levantaba de la cama con rapidez, buscando de manera desesperada algo con que cubrirse y lo primero que alcanzó fue la almohada.

—¡Oye! —chilló Taehyung lanzándole su almohada lo que provocó que las manos temblorosas dejaran caer lo que cubría la erección que seguía allí—. No tenías que tumbarme de la cama —se quejó Taehyung tratando de reprimir la risa que estaba a punto de estallar por la actitud de su compañero.

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