XXI. Sin mentiras ni secretos

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Todo lo que tienes en el corazón debe ser manifestado antes de que sea tarde —Alejandra Pizarnik.

La nube de pensamientos que de repente inundaron su mente fueron interrumpidos por la voz de Taehyung, quien al parecer llevaba rato llamándolo, le sonrió y tomó un trago de la bebida que le extendía sobre la barra.

Taehyung conocía esa sonrisa disimulada en Jungkook, pero él ya sabía lo que estaba pasando por su mente y saberlo lo ponía en una situación entre la espada y la pared. contarle todo, no es como si él no tuviera una idea de quién era Juwon, pero era consciente de que todo sería mejor si lo escuchaba de su boca y no solo lo dedujera como sabía que ha estado haciendo todo este tiempo.

Aun sabiendo esto, siempre que tenía la oportunidad de explicarse, no parecía ser el momento o el lugar para hacerlo. Ambos habían quedado en hablar cuando terminara su presentación y estuvieran a solas. Taehyung miró a su alrededor notando que aún tenían algunos clientes en el bar.

El silencio entre ellos gritaba lo mucho que necesitaban hablar, así que mientras veía a Jungkook tomar de su bebida lentamente, se armó de valor para responder a todas las preguntas que este tuviera en cuanto solo estuvieran ellos, pero él nunca le hacía preguntas, y eso lo presionaba aún más, porque era tan paciente con el que no lo empujaba a decir nada que no quisiera contarle.

—Como siempre digo, buena presentación la de hoy —expresó Taehyung en el momento que él resto de sus compañeros se acercaron a ellos, lo cual agradeció porque ya no soportaba el silencio que había entre él y Jungkook.

Pronto el bar estaría completamente vacío, así que solo quedarían ellos. Esperaba que Jimin, Cyrus y Hyun-jin estuvieran mucho menos energéticos sabiendo que fueron rechazados por la disquera, pero en cambio estos tenían mejor expresión que Jungkook, aunque sabía que lo del guitarrista era un asunto que solo le competían a ellos dos.

—¡Gracias Hyung! —chilló Jimin abrazando a su mejor amigo por encima de sus hombros—. Pediría algo de tomar si no tuviera que conducir, tú tampoco deberías, conduces una moto por si no lo recuerdas.

—Solo un trago no me embriagará Jim —señaló terminando de beber de un solo trago la bebida que le quedaba.

—Bueno, bueno. Nosotros tenemos que irnos —comentó Cyrus tomado a Jimin de los brazos—. Nos vemos el viernes, Taehyung-ssi.

Jungkook se despidió de ellos con una reverencia. Esa noche, a diferencia de las demás no tuvo nada de qué hablar con Taehyung, aunque no se sintió incómodo, fue extraño esperar en una esquina, sentando en uno de los taburetes de la barra a que el bar estuviera completamente vacío.

Vio al bartender atender a las últimas personas y sonrió cuando el último grupo de empleados finalmente salieron del bar, lo que hizo que Jungkook volviera a guardar su móvil, mismo con el que se entretuvo mientras esperaba a Taehyung.

—No vi tu auto estacionado afuera, ¿necesitas que te lleve? —preguntó al ponerse de pie, con Taehyung terminando de recoger sus cosas.

—Está en mantenimiento —contestó el castaño—. Puedes llevarme a casa, si no es molestia.

—Salgamos a comer algo y te llevo a casa.

—¿Otra vez a Itaewon?

—No, un poco más cerca, a la tienda de conveniencia cerca del río Han —dijo Jungkook—. Hablemos de lo que tenías que decirme esta tarde.

Taehyung solo asintió temeroso de a qué se refería exactamente cuando decía que tenían algo pendiente que hablar. En silencio tomó el casco que ya podría decir que era suyo por las ocasiones que lo había usado.

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