Epílogo

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Yoori.

Siete meses pasaron, siete meses dónde pude reconstruir mi vida por así decir y también ayudar a mi madre. Agradecía a Dios que ahora mi madre ya estuviera conmigo en casa y aunque debía continuar con su rehabilitación en el hospital igual los fines de semana podía venir conmigo para acá.

Respecto a Jungkook hacía dos meses que no sabía absolutamente nada de él y mentiría si dijera que no estaba preocupada, en la última llamada me dijo que la comunicación donde estaba era muy mala y que debía viajar kilómetros para poder comunicarse conmigo.

Suspiro recordado todo lo pasado en éste último tiempo y recuerdo que debo seguir armando el árbol y más cuando navidad caía domingo y mamá la pasaría conmigo. Sabía que Jungkook regresaría pronto, algo dentro de mí me lo decía todos los días y verdaderamente quería verlo. Lo extrañaba tanto, extrañaba sus besos, su toque, su sonrisa, su calor, sus te amos, los cuáles escuchaba en cada llamada y esos recuerdos hacían que mi corazón se acelerara.

—¿Me dejas poner la estrella?— me giré para ver a mamá. Tenía un paño en la mano y el olor a comida inundaba la sala.

—Claro que sí. Te avisaré para que vengas y se la coloques. Yo seguiré poniendo los adornos.

Le dije tomando algunas campanitas en las manos y trepando en la silla para poder alcanzar la parte de arriba. Suspiré temblorosa cuando la silla se removió y temí caer.

Un murmuro se escuchó en la cocina y sonreí para mis adentros. Al parecer Seongsuk había venido a visitar a mi madre. Ambos son compañeros de rehabilitación solo que lo de el fue por un accidente, no voy a mentir, me cae bastante bien y hasta diría que sería un excelente compañero para mamá.

El sonido de un toque en la puerta me sacó de trance.

—Mamá, ¿puedes venir?— la llamé tratando de no mover la temblorosa silla.

Apareció de la mano del señor Seongsuk y sonreí olvidando dónde estaba subida casi que cayendo por mi torpeza y dándome el mayor susto de toda mi vida.

Con el corazón en la mano saludé avergonzada al señor Shin aún sin voltearme para ver la persona que había entrado pensando que sería algunas de las amigas de mamá y se que sonará feo pero realmente necesitaba terminar el árbol.

Pasaron algunos minutos y ya lo último era la estrella. La tomé en la mano.

—Mamá— la llamé casi que aguantándome del árbol cuando la dichosa silla parecía que me iba a dejar en el suelo y con un hueso roto.

—Deja que la coloque mi pequeño— habló alto haciendo que feunciera el ceño sin entender.

—¿Se volvió loca? Cómo si tuviera más hijos— murmuré lo último alzando la estrella.

—No tiene mas hijos porque conmigo le es suficiente — escuché un murmuro detrás de mi tensándome por completo. Esa voz, la reconocería incluso en el fondo del abismo.

Me giré sin medir mis movimientos chillando cuando caí de no ser por unos brazos que me sostuvieron. Alcé la mirada sorprendida cuando esos ojos oscuros me miraron y aún en sus brazos pasé una mano temblorosa por su cara, escuchándolo ronronear gustoso y sonreírme.

—Jungkook— murmuré como pude antes de comenzar a llorar como una niña.

—¿Ahora qué hice?— lo escuché susurrar besando mi frente mientras seguía sollozando abrazada a su cuello.

—Tonto, te extrañé mucho. ¡Te fuiste y hacia dos meses no me llamabas! ¡Pensé que te había pasado algo! Estaba preocupada—le dije resentida bajo su sonrisa aún con las réplicas de mi llanto, pero mas calmada —. No sabes cuánto.

UNHOLY   |Jungkook| |+18| (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora