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Yoori.

Un movimiento me hizo abrir los ojos. Aún con ellos un poco lagrimosos por el sueño miré a quien parecía estar muy cómodo conmigo en sus brazos.

Sonreí embobada con la vista tierna que me daba su cara. Sus párpados caídos y esa naríz respingona pero tierna y esos labios que joder... me dan ganas de estar basándolo el día entero y... En fin, me gusta mucho él. Su forma de ser y de hablar, la manera en que me mira, como me toca, cuando sonríe. Siento que algo dentro de mí se agita, mi corazón se acelera de tan solo pensar en el y mi pobre estómago parece que va a reventar por las mariposas.

Tragué cuando un pensamiento llegó a mi mente y volví la vista a él y a como estábamos acurrucados. Estábamos de frente, cara contra cara, el un poco más alto que yo y con un brazo por debajo de mí cabeza mientras el otro envolvía mi cintura en señal de posesión y me gustaba. Me gustaba la forma en la que me demostraba que de una forma u otra era suya. No como un objeto, eso es algo que tengo claro. Pero si como mujer, y eso me agrada. Me agrada demasiado.

Suspiré embobada por décima vez, era algo que no podía controlar cuando estaba tan cerca y nuevamente ese pensamiento volvió a atacarme, poniéndome nerviosa y de una manera extraña.

¿Lo quiero?

Era algo que no sabía exactamente. Pero si sabía que me gustaba y eso era un avance. Aunque también estaba confundida.

Dejé de lado mis pensamientos cuando observé su mano moverse y luego sus párpados. Abriéndolos lentamente y con cierta dificultad.

Se removió ansioso cuando terminó de adaptarse a luz del cuarto y una pequeña pero bonita sonrisa tiró de sus labios.

—¿Desde cuándo me observabas?

Su voz ronca taladró mis oídos y fue como un canto de angeles haciéndome estremecer de pies a cabeza y ese maldito acento de Busan era una tortura obligándome a tragar duro un poco nerviosa y es que mierda... después de todo estaba nerviosa y el así, desnudo, solo cubierto por una fina sábana y ese cabello despeinado junto a esa voz era hipnotizante.

—Y-yo...— Me maldije por no poder hablar sin tartamudear de los nervios y casi me muerdo la lengua viendo cómo arqueaba una ceja con una pequeña sonrisa arrogante en la boca—. Si, te estaba mirando— formulé dándome por vencida, el tenía todas las de ganar y más cuando ya sabía los efectos que causaba en mí.

—Lo sabía— murmuró contra mi rostro, su aliento chocando de lleno con mi cara y poniendo mi corazón más sensible de lo que ya estaba. Y posteriormente el sonrojo inundando mis mejillas.

—¿C-como?— en realidad no entendía porque lo cierto era que estaba dormido y eso solo me hizo pensar algo—, ¿Fingías estar dormido?

Pregunté con indignación y un poco de vergüenza porque si lo había estado mirando por mucho rato y la verdad que el lo hubiera notado solo me hacía sentir más avergonzada y bueno... luego de lo que pasó, es obvio que ya no nos veremos como antes. Ahora había picardía, cachondeo y un pequeño rayito de luz, naciendo entre ambos.

—No exactamente, solo tengo buenos reflejos y sentía como si me vigilaran. Vaya sorpresa que me llevé al ver cómo estabas tonta mirando a este adonis.

Se auto-señaló con altanería y le pegué un manotazo juguetona por como el mismo se lanzaba piropos. Que en gran parte eran ciertos.

Lanzó una sonrisa antes de atrapar mis labios en un beso lento, suave y dónde solo nuestros labios se tocaban. Haciéndome suspirar atontada como si me hubieran inyectado alguna droga.

Pasé la mano por su nuca y lo atraje aún más a mí, no quería que se separara nunca. Podría estar así la vida entera y no cansarme. Era la verdad.

UNHOLY   |Jungkook| |+18| (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora