Capítulo 9

59 8 1
                                    

Fluke siguió el olor del pan con mantequilla abajo de las estrechas escaleras de su casa.

Judo estaba de pie en la cocina con un cigarro encendido frente a la ventana abierta, usando el fregadero de cenicero. Pan tostado, bagels¹ y mantequilla estaban en el mostrador entre la cocina y el comedor. La televisión del comedor estaba encendida con el volumen bajo, mostrando una película que el adormilado cerebro de Fluke recordaba vagamente.

Judo usaba unos boxers de seda negros y nada más, sus ojos sombreados por una onda de su pelo cuando se giró hacia él.

-Hey, hermoso.

Fluke se detuvo en el último escalón, mirándolo fijamente. Realmente había sucedido. Judo Tantachj estaba en su casa. Había dormido ahí. Había jodido con él.

<<¡Santa miera!>>

Extrañamente, su voz salió normal.

-Hey.

Judo apagó su cigarrillo y se acercó a Fluke deteniéndose justo frente a él. Con Fluke en el escalón inferior ellos estaban ojos frente a ojos. Judo apoyó sus manos a cada lado del barandal y se inclinó hacia él.

El beso fue suave, extrañamente sabía a humo de cigarro y pan con mantequilla, bajo la menta de la pasta de dientes de su propia boca. Una combinación extraña de sabores de la mañana que hacía la presencia de Judo algo especial.

Judo se apartó un poco para mirar a Fluke a los ojos.

-¿Cómo te sientes?

-Bien.

-¿Resaca?

Fluke sacudió la cabeza. Sorprendentemente, se sentía bien. Agotado y adolorido en ciertos lugares donde él no lo había sentido en años, pero era algo bueno.

-¿Para nada?

-No.- Judo sonrió.

-Bien.

Judo cogió a Fluke y el grito de sorpresa de Fluke fue cortado cuando sus labios se encontraron con los suyos, esta vez voraces. Largos y fuertes brazos lo rodearon apresándolo, mientras la boca de Judo lo devoraba.

Las manos de Judo empezaban a explorar la cintura de los pantalones de Fluke, cuando sonó un teféfono. Fluke sería feliz ignorándolo, ante la más interesante lengua que giraba con la suya y el duro eje de Judo presionándose contra el suyo.

-¡Fluke! ¡¿Estás ahí?!

Fluke se apartó del beso de Judo con un gemido, impactado por la fuerte voz de desesperación de su hermana.

-Sal de la cama y contesta el teléfono. Maldición, ¿dónde estás Fluke? ¿Fluke?

Con un pequeño gruñido, Judo lo liberó.

Fluke fue a la cocina, cogió el teléfono inalámbrico y detuvo las fuertes demandas de Ireshi.

-Buenos días a ti también.

-Oh, gracias a Dios estás bien. ¿Tienes tu móvil apagado?

Apoyó el codo en el mostrador que separaba la cocina del comedor, entonces pasó su mano por los alborotados rizos en su cabeza.

-Dejó de funcionar anoche.

<<¿Dónde estaba su móvil?>> Tendría que buscarlo luego.

-¿Estás bien?

-Sí. Estoy bien. ¿Por qué?

-Judo dijo que te emborrachaste y caíste en la fuente del hotel. Quería salir a verte pero él me prometió llevarte a salvo a tu casa.

KongtekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora