Capítulo 16

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No pasó mucho tiempo antes de que la banda subiera al pequeño escenario: Krist atrás en la batería, First a la derecha, Judo a la izquierda y Perth dominando el centro del escenario. Ellos se veían demasiado grandes para ese espacio, donde una vez se acomodaban bien. Fluke sabía que eso era fantasía por su parte pero no podía sacudirse la sensación. 

Ellos eran fabulosos.

Perth era naturalmente extravagante, lograba coquetear con toda la audiencia. Judo tendía a seguir las payasadas de Perth, así que Perth tenía su brazo en los hombros de Judo o estaban cantando en el mismo micrófono. La realidad era que Orot Sawan le dio a sus fans un espectáculo para disfrutar e incluso interpretaron viejas canciones que nunca habían grabado pero que solían cantar en el Kongtek.

El baile seguiría al show. Fluke se quedó con Chimon mientras la multitud llenaba el suelo de madera. Chimon trato duro de no encogerse en la pared detrás de su mesa, mirando a los bailarinas con aprehensión. A Fluke no le molestaba. 

Perth los encontró en un momento y se dirigió hacia ellos. Los ojos de Chimon se abrieron más cuando el cantante tiró de su silla y se sentó en su regazo a horcajadas. La suelta camisa blanca de Perth volaba detrás de él como si fueran alas mientras acunaba la mandíbula de Chimon entre sus manos y le plantaba un beso en los labios.

Una mano cogió a Fluke, distrayéndolo de tan hermosa vista. Se giró y casi cae en los brazos de Judo, que estaba junto a él. Judo le dio una traviesa sonrisa antes de tirar de Fluke hacia la pista de baile.

Incluso aunque habían pasado años desde que Fluke había ido a bailar, cedió al ritmo y siguió a Judo dentro de la concurrencia. Una vez que ellos estaban en medio de la gente bajo las pulsantes luces rojas y azules, Judo bailó con él, girando con la música.

Judo sólo usaba un llamativo chaleco verde con todos los botones desabrochados, revelando los músculos de su pecho y abdomen. La boca de Fluke se hizo agua ante la vista y sus ojos naturalmente fueron al bulto que las puntas de los dedos de Judo rozaban. Antes de ponerse demasiado duro, Fluke levantó la vista hacia la cara de Judo. El hombre le sonreía.

Ellos bailaron uno al lado del otro, no lo bastante para estar con el otro pero sí lo suficiente para que nadie más se interpusiera. Ellos sólo se movían. Bailaron juntos siendo uno con la música y la gente alrededor. 

<<Había pasado mucho tiempo.>>

Fluke, feliz, se dejó llevar siguiendo el ritmo y dándole la bienvenida al sudor que bajaba por su espalda. Judo no lo tocaba pero su presencia era un ardiente calor en la piel de Fluke.

Fluke fue transportado seis años en el pasado, sólo que con una realidad alternativa. Esta vez, él bailaba cerca de Judo, no tenía que pretender que eran amantes; ellos lo eran. Esta vez, cuando Judo lo viera mirándolo, él no tendría que alejar la mirada avergonzado. Podría compartir una conocedora sonrisa con Judo.

Cuando Judo se llevó dos dedos a sus labios, haciendo como que fumaba, Fluke asintió y lo siguió al frente del club. Él también necesitaba un descanso. Señaló una bebida y le preguntó a Judo, quien asintió antes de salir. Él se dirigió a unas escaleras estrechas hacia un pequeño patio con cordones para la gente del patio VIP. Fluke se detuvo en el bar y consiguió sus bebidas antes de ir detrás de Judo.

Judo estaba solo en el patio, extendido en una de las sillas de hierro con una bota en la mesa frente a él. 

Fluke le dio su bebida.

-¿Puedo coger uno?- Fluke señaló con la cabeza la cajetilla de cigarros que Judo había dejado sobre la mesa.

Las cejas de Judo se elevaron.

-Creía que ya no fumabas.

-No lo hago.- Extendió su mano moviendo los dedos-. Pero quiero uno.

Judo lo miró fijamente, se rio y le dio la cajetilla.

Fluke no había probado un cigarrillo al menos en dos años. De cualquier modo, nunca había sido un gran fumador. Fluke exhaló esa primera nube de humo mientras le devolvía la cajetilla a Judo. Sonrió y se apoyó en la pared de ladrillo para ver la calle del frente del club.

-Siento como si hubiera retrocedido en el tiempo.

-¿Se siente bien?

Fluke se rio.

-Sí.

Los ojos de Judo lo recorrieron lentamente de arriba abajo y sonrió misteriosamente.

-Te ves genial.- Bajó el pie de la mesa y palmeó su muslo-. Ven aquí, suea.

La euforia de Fluke burbujeaba. Repentinamente recordó la extraña conducta de Judo de esa mañana. Había algo en su mente y Fluke no estaba seguro de querer saber qué era. Frunció el ceño hacia Judo y miró hacia la puerta. Una enorme ventana los separaba de la multitud de gente que podría verlos.

-No hay manera.

Fluke conocía a mucha gente que trabajaba en el club. No los había cisto desde antes de la actuación pero tenían que estar por algún lado.

-Oh, vamos. ¿Sólo un besito?

Fluke resopló sobre el cigarro, enfadado consigo mismo por sentirse tentado a hacer lo que Judo le pedía.

-No.

-Lo quieres.

-Eso no hace ninguna diferencia.

-Pero dime que lo quieres.

Fluke prefirió mirar sus dedos antes que a Judo pero contra su mejor juicio dijo:

-Quiero eso. Pero eso no significa que vaya a hacerlo.

Judo ronroneó.

-¿Entonces, si no estuviera toda esa gente me dejarías entrar en esos ajustados pantalones tuyos? ¿Podrías dejarme imaginar cómo poder sacarte de todo ese lio de cierres para llegar a tu camiseta y chupar esos pequeños pezones?

Fluke había buscado en su armario la ropa que no había usado en años. El pantalón de piel, una ajustada camiseta de algodón y una chaqueta con muchos cierres y parches que le hicieron sentir como si volviera a ser un adolescente.

-Deja eso.

Judo se rio.

-Está bien pero sabes que quiero chupar tu pene.

-Deja eso o me iré.

-Tch. No he conocido a nadie que quiera mantener una relación conmigo en secreto por... ¡nunca!

Fluke se giró y lo miró antes de poder evitarlo. La sonrisa de Judo era definitivamente diabólica.

-Al menos no eres humilde.

Judo apoyó el talón de su bota en el filo de la mesa. Desafortunadamente, eso abría su entrepierna hacia Fluke. Los ajustados pantalones que vestía marcaban el relieve del pene medio duro de Judo. Era un lugar tentador para que Fluke enterrara su cara.

<<¡Deja eso!>> 

Levantó la mirada hacia la cara de Judo, aunque no estaba seguro de que fuera lo mejor. Judo sonrió, fumando en silencio por un momento.

-¿Por qué eres profesor?

Fluke parpadeó tratando de mantener sus pensamientos bajo control.

-¿Huh?

Casualmente, Judo dejó caer la ceniza en el cemento al lado de sus pies.

-¿Por qué eres profesor?


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