Capítulo 10

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Ellos se quedaron así unos preciosos momentos. De cualquier manera, Fluke no estaba seguro de poder ponerse de pie. Cuando él pudo encontrar su voz, sus primeras palabras fueron:

-Bastardo. Ireshi te oyó.

Judo se rio, poniéndose de pie.

-Ella no lo hubiera sabido si tú hubieras hablado normal.

-Yo...¡ahí!- siseó ante el placer que lo atravesó cuando el pene de Judo salió de su culo-. ¿Cómo se suponía que iba a hablar normal cuando estabas tocándome?

-Mmmm. ¿Sólo mis toques exprimen tu cerebro?

Fluke decidió evitar esa línea de conversación.

-De cualquier manera...¿mantequilla?

Se oyó el sonido del agua en el fregadero. Judo se rio.

-Eso era lo más cercano.- Un paño húmedo limpiaba el trasero de Fluke.

Fluke gruñó. Seguía sin moverse o, mejor dicho, no quería moverse.

Judo limpió sus caderas y piernas.

-Muévete, así puedo limpiar el mueble.

Fluke gruñó de nuevo y se puso de pie, se rodó lo suficiente hasta que su trasero estuviera contra el mostrador, entonces, se subió los pantalones.

Sonriendo, Judo se inclinó a limpiar el esperma que manchaba las puertas de los muebles.

<<¡Oh, hombre! acabamos de hacerlo ¡en la cocina!>>

Judo se puso de pie, sus ojos brillaban. Le dio un rápido beso a Fluke.

-¿Hambriento?

Fluke parpadeó hacia el techo.

-Realmente, sí.

Judo se movió hacia el fregadero.

-Encontré bagels pero eso es todo. ¿Puedo ir por algo más si...

Fluke bajó la cabeza.

-No.- Alguien podría verlo salir-. Los bagels están bien. Aunque, creo que prefiero queso crema en lugar de la mantequilla.- Se dirigió a la nevera-. Creo que hay algo por aquí.

Judo se rio.

-Hey, lancé la chaqueta de tu traje allá atrás...- señaló con la cabeza hacia el cuarto de la lavadora- pero creo que es historia. ¿Era alquilado?

Fluke gruñó mientras sacaba el queso de la nevera.

-Sí.

-Pagaré por eso, si quieres.

<<¡Agradable!>>

Fue su primer pensamiento. No quería pensar en lo que le costaría el regresar el traje arruinado. Pero su segundo pensamiento fue más apropiado.

-No, está bien.

-No es problema. Y es mi culpa que se arruinara.

Claro que no era problema. Judo era ahora megarico. Probablemente ganaba más en una semana que lo que él ganaba en un año.

-Está bien. No te preocupes por eso.

Judo miró en silencio cómo Fluke cortaba su bagel.

Fluke fue consciente del silencio hasta después de que colocó el queso crema con ajo a su bagel y le dio el primer mordisco. Levantó la vista y vio que Judo seguía mirándolo, con sus brazos cruzados sobre su pecho. Fluke se concentró en masticar, tratando de no caer en la tentación de levantarse y pasar sus dedos por el ligero vello que decoraba su pecho y brazos.

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