58. El Sol en la Tierra

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¡Hola!
No se exactamente cómo debería empezar, Ahm...

Todo esto es una tremenda locura.
Viajes en el tiempo, tratos con el Coleccionista... después de ser rehenes de un Emperador Malvado al cual solo había visto en mis pesadillas y saltar entre mundos, todos estábamos muy alterados.

No éramos niños normales, eso estaba claro desde que abrimos los ojos por primera vez, pero por alguna razón, ahora todos nos sentíamos aún más fuera de lugar.
Nos faltaba estar en nuestro hogar.

Hicieron cientos de expediciones intentando encontrar un portal de regreso... en una de ellas no fui yo.
A diferencia de los demás, mis originales estaban aquí. Aquí en la tierra, en este espacio, en este tiempo. Vee y Masha.
Decidí quedarme con mi familia ese día, e irónicamente ese fue el día en que mis amigos no volvieron.

4 de Noviembre.
Salieron por la mañana con un plan establecido, divididos en grupos. El tiempo fue avanzando, las horas pasaron lento... y cuando el sol se ocultó, no había rastro de ellos.

Ellos nunca llegan tarde, siempre vienen antes de que anochezca. Algo sucedió.

Supuse que eran buenas noticias... quizás si no volvieron es porque encontraron una manera de transportarse de nuevo a las Islas Hirvientes, ese era el objetivo principal.
Pero luego, llegó la mañana siguiente y no había noticias de ellos.
A pesar de que pensábamos en las buenas posibilidades que podría significar, también había ese 1% de duda si esto había sido buena idea. No sabíamos si estaban bien o si estaban en peligro. No sabíamos si alguien los había secuestrado, o si se habían perdido, o si estaban involucrados en otra guerra dimensional.

Llegó el tercer día...
El tercer día, Masha y Vee me llevaron a comer helado de vainilla al parque, eso... eso no es tan relevante.
Pero el cuarto día era inevitable pensar en la situación, y en todo lo que no sabíamos.

Podían haberse metido en problemas...
O si encontraron un portal de regreso, que es lo que anhelo creer, ¿Por qué no volvieron y me lo dijeron? Lo habría cruzado con ellos, estábamos juntos en esto, ¿No? Era lo que Eric siempre decía.

¿Quería meterme en otra loca aventura que podía poner en riesgo nuestras vidas? Pero por supuesto que no. Pero... no lo se. Tampoco quería que fueran sin mi.

Yo decidí quedarme, y si ellos estaban en grave peligro ahora, no me lo perdonaría.

Estaba armando un rompecabezas en la sala de la Casa Noceda cuando vi una noticia en la televisión. Una foto de California apareció en primera plana, no era un secreto que las autoridades estaban en su búsqueda.
Si ellos no la han encontrado quiere decir que no están en este mundo... y eso era bueno.
¿Verdad?
No sabía qué pensar.

Subí el volumen a mis audífonos mientras tarareaba la melodía, colocando una pieza tras otra... era la imagen de un lindo paisaje lleno de flores y un arcoíris en la orilla, cerca de una cascada.

Me inundaron los recuerdos.
Y seguía arrepintiéndome de no haber ido ese día.

Necesitaba una pista, un rastro de que mis amigos estaban bien.
Quizás afuera había algún camino de pisadas, o tal vez dejaron una nota en la cabaña...

Desde donde estaba me asomé por la ventana y observé nubes cubriendo el cielo, nubes de tormenta.
Si había alguna pista, seguro se iría con el agua. Debía ponerme manos a la obra... y un impermeable por si acaso.

Dejé mis audífonos sobre la mesa, y tomé una linterna. Escuché un trueno en la distancia y pronto me pregunté si debía arriesgarme. Si valdría la pena. Si debería decirle a alguien a dónde iba... pero si lo hacía seguramente no me dejarían ir.

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