16. Gemelos Dorados

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Al abrir mis ojos, no estaba en el bosque, ni en la guarida. Estaba sola, recostada sobre un piso helado, en una habitación vacía y oscura.
Ni una sola ventana... pero mil grietas en la pared por donde entraban unos pocos rayos de luz del sol.
Había una cobija sobre mi...
...y nada más.

Seguía un tanto aturdida, pero logré acercarme a la pared llena de grietas y luz. Me asomé por uno de los agujeros...
...y reconocí la vista de inmediato.

Alguien me trajo a una habitación del castillo.
Ese alguien fue lo suficientemente astuto como para no dejar ni un solo objeto que pudiera usar como "arma funcional", pero lo suficientemente amable como para dejarme al menos una cobija.

...bueno, si lo pensamos bien, la cobija podría servir para asfixiar a alguien... alguien como... un Guardia.

Logré sentir que tenía vendas cubriendo mis heridas... así que ese "alguien" se tomó el tiempo de ayudarme con eso mientras estaba inconsciente.

¿Quién fue ese "alguien"?
No tengo idea
¿Por qué lo hizo?
Tampoco lo sé
¿Dónde estaban los demás?
Demasiada incertidumbre.

Tenía que salir de aquí.
Además... no me gustan las habitaciones pequeñas y oscuras, así que antes de que comenzara a entrar en pánico comencé a buscar la puerta,

Fui tocando toda la pared, intentando encontrar una perilla. Y para mi sorpresa, al encontrarla...
...la puerta estaba abierta.

La luz del pasillo me encandiló unos segundos, y luego comencé a caminar... buscando la salida, o buscando a mis amigos... la verdad, lo que ocurriera primero.

Reconocí algunas habitaciones... subí y bajé escaleras... y de pronto escuché una voz detrás de mi

—Winter, No deberías estar aquí—

Debo admitir que estaba a la defensiva, al girarme ni si quiera sabía quién era la persona que me habló, solo se que le ataqué con las pocas fuerzas que tenía.
El Guardia Dorado me derribó como ya había hecho antes, y me mantuvo firme contra el suelo.
—Tu— Vi su gran máscara dorada, y a pesar de que intenté liberarme, no podía moverme, —Tu... ¡Niño malcriado egoísta!—

—¿Yo soy el malcriado egoísta?—

—Eres un...—

—No me hagas recordarte quién fue quien me dio la información sobre ustedes— Me quedé callada, logró hacer que me quedara callada. Se quitó la máscara y me vio fijamente... Por alguna razón, su expresión no era tan arrogante como cuando lo conocí, —Creí que era información útil para el Emperador. Tiene un plan para unir a todos en paz y armonía, y si las fusiones venían del futuro, entonces sería bueno para él saber si triunfaba o no. No sabía que... los atacarían de esa manera— Hunter me soltó, y logré sentarme en el suelo, en silencio, el se arrodilló frente a mi. —Solo... quiere saber lo que sucederá...—

—¿Y crees que voy a decírselo?—

—Hey. Solo dile lo que quiere saber, y te dejará ir. Sabía que no vendrían por voluntad propia... por eso... por eso mandó a los guardias a buscarlos...—

—¿Y qué me pasará si el futuro no es como el se lo esperaba? ¿Va a matarme por decir la verdad?—

—No va a...— Hunter hace una pausa, frunciendo el ceño, —...Un segundo, ¿A qué te refieres? ¿Qué va a pasar? El día de la Unidad... ¿No lo logra?—

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