"Mi princesa no existe"

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-¿Hola? -respondí mi celular.

-Hola mi amor. Te llamo desde acá porque mi celular está roto -dijo. Era mi novia. La chica con la que he estado desde hace dos años.

-¡Mi vida! -me puse contento.

-¿Cómo estuviste? Te extraño.

-Yo más a ti. Pero estoy bien amor ¿tu?

-Ahm -dudó -estoy bien -me estaba mintiendo. Lo sentía.

-¿Segura que estás bien?

-Segurísima

-Ya estoy en el aeropuerto -sonreí al pensar que el día de mañana ya estaría nuevamente con ella.

-Necesito verte... ahora -susurró.

-Mañana Martina, mañana...

-Quiero ahora -estaba llorando ¿por qué?

-¿Estas llorando? -pregunté.

-No, no -susurró.

-Pero ya mañana, estaremos juntos

-Si -susurró -¿estás con los chicos?

-Si, claro -reí.

-¿Me dejas hablarles?

-Claro -quité mi celular de mi oreja -chicos, Martina quiere hablar con ustedes.

-¿En serio? -preguntó Xabiani. Era raro, ya que, sólo solía mandarles saludos conmigo.

-¿Hola? -tomó el teléfono Ruggero -si, estoy muy bien -sonrió -no te preocupes, mañanas nos verás -río -tu siempre de graciosa -sonrió -Si, ahora te lo paso, nos vemos mañana -reí -Toma Xabiani.

-¡Blanco! -gritó sonriendo. Todos reímos -Si, ya quiero llegar. Estoy loco por ver a mi familia, y a ti claro. Todos te hemos extrañado. Pero Jorge nos gana -me sonroje -Ay, se sonrojó.

-Xabiani, cállate -reí.

-Si, también te quiero. Facundo, toma -le paso el teléfono.

-Como aún no están comprometidos, hola Tini -río -si, la pasamos muy bien. No no, no conseguí ninguna chica -sonrió -Si, fue el mejor tour y América es increíble. Esta bien, adiós. Te quiero. Bueno, te queremos -me paso el teléfono.

-Amor, te amo muchísimo. No lo olvides -me dijo.

-Yo más princesa, ya quiero verte -sonreí.

-Yo -empezó a llorar -yo también.

-¿Pasa algo? -estaba preocupado.

-No... nada -susurró -me tengo que ir. Te amo mucho mucho mucho muchísimo. Nunca lo olvides. Sos el mejor y estoy muy orgullosa de vos. Estamos juntos desde que tenemos quince, y cada día más me pongo más feliz de vos ya que cumplís tu sueño. Me saludas a tus mamás y a tus hermanos. A todos ¿si?

-Yo te amo muchísimo más Martina, yo estoy orgullosa de ti también. Ya casi te gradúas de piano.

-Si, pero no importa mi vida. Me tengo que ir, nos vemos. Te amo.

-Yo más -y colgó.

-Jorge, ya nos tenemos que ir -me habló Xabiani.

Empezamos a caminar hacia el avión y tomamos un camino de unas diez horas. Era agotador. Llegamos como a las siete y algo de la mañana o menos. Saludé a las fans que estaban y compartimos un rato con ellas. A la hora nos fuimos.

Llegue a casa y me tomé una ducha para salir directo a casa de Martina.

-Mamá, iré a ver a Martina -dije bajando las escaleras. Cuando terminé de bajarlas, estaba mi mamá con lágrimas en sus ojos, y mis hermanos allí callados y mi papá consolando a mi mamá -¿pasa algo?

-Es que... -dijo mi mamá y de paro -Martina...

-¿Martina qué mamá? -pregunté. Ella no respondió nada y sólo me miró triste. ¿Qué le paso a mi novia? Salí de la casa y caminé hacia la de ella. Era a cuatro cuadras y caminé hasta llegar. Cuando llegué habían muchos autos estacionados. ¿Qué está pasando? Mientras entraba a la casa muchas personas se me quedaban mirando.

-¿Dónde está Martina? -pregunté preocupado.

-Jorge... -susurró su hermano llorando.

-¿Dónde esta? -grité.

-Ella, ella murió anoche... -¿qué?

-No, ¿qué? ¿Es broma? Dime que si -empecé a llorar. El no contestó y caminé hacia la sala. Allí la vi.

Estaba acosada en una caja. Nadie decía nada. Todos me miraban. Sus padres a un costado llorando mirándome. Sus amigas de la escuela. Sus compañeros y maestros de música. Esto era una pesadilla.

-¿Qué le paso? -mis lágrimas caían -¿qué le paso a mi princesa?

-Ella... -susurró su mejor amiga.

-¿Ella qué Mercedes? -pregunté casi gritando.

-Tenía cáncer... -susurró.

-No no no, ella no tenía nada. Estaba muy bien de salud.

-Se lo detectaron en Julio, después de que vino de sus vacaciones en América con vos. No te dijo para no preocuparte. Pero era demasiado tarde para un tratamiento... -ella lloraba. Yo estaba en estado de shock. Me acerqué más a la caja y la vi. Tranquila. Recostada. Descansando. Por eso fue su llamada anoche, por eso fueron sus palabras.

-¡Martina no! -grité y me tapé las cara llorando. Mis rodillas cayeron al suelo. Se fue, mi princesa se fue. Mi princesa desapareció. Mi princesa no existe...

One Shot's ||Jortini||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora