PIZZA A DOMICILIO
Ella iba con unos vaqueros ajustados y arremangados por los tobillos. Unas converse blancas bajas y la camiseta roja de la pizzería. Ella era una chica castaña de pelo oscuro, y muy atractiva. El problema era, que su mirada seductora y su cuerpo, hacía de ella un plato delicioso para los hombres. Y ella ya estaba harta de despachar a los imbéciles de siempre. Pero claro, no podía dejarlo, porque era el negocio familiar.
Ding-dong.
Toca el timbre y espera a que le abran la puerta para entregar su pedido. Una pizza de jamón y queso.
La puerta se abre, y por ella aparece un chico castaño, de ojos verdes.
—Hola. —sonríe ella amablemente. —¿Pizza de jamón y queso?
Él remueve su cabeza disimuladamente y asiente con la cabeza. Venía incluso con la cartera en la mano, claro que se arrepintió de llevarla en la mano, habría preferido tenerla más rato en su puerta. —¿Cuánto es? —preguntó, siendo amable también.
—Son once con cincuenta. —dice ella siendo también amable. En ningún momento dejaba de lado su simpatía, a parte de que esta vez no había motivo para ponerse borde, porque el chico era muy amable y cortés.
El chico saca el dinero de su cartera y se lo entrega, debatiéndose internamente entre pedirle el número de teléfono o no.
—Chau, y gracias por pedir a Cody's Pizza. —se despide ella simpáticamente mientras le entrega la pizza.
El chico cierra la puerta con la pizza en la mano y se da en la cabeza con el monedero, retandose internamente por no haberle pedido el WhatsApp. Ni siquiera el nombre.
La chica, por otra parte, pensaba en el chico al que había entregado la pizza. Era lindo, mucho. No estaba acostumbrada a clientes así.
Al día siguiente, otra pizza. Esta vez, le pediría el número, estaba decidido a ello. Claro que tendría que venir la misma chica, de lo contrario... sería una cagada de su parte. Pero había decidido llamar a la misma hora que ayer, para que la probabilidad de que sea ella, sea mayor.
Otra pizza de jamón y queso a domicilio.
Treinta minutos exactos, y el timbre suena. No es que los estuviera contando, o tal vez sí.
Abre la puerta, dejando su monedero "olvidado" bajo un cojín, en el sofá, claro que eso, Martina no lo sabía.
—Hola. —sonríe él.
—Hola. —ríe ella. —¿Te gustan las pizzas, eh?
Ríe y asiente con la cabeza. Le gustaban, y mucho, pero lo que más le gustaba era quién la entregaba. —Sí. —asiente él. —Oh, ahora voy a por el dinero. —dice, fingiendo un descuido. Lo busca, finge que lo hace, y ella, de mientras, espera en el umbral de la puerta. No era el primero que no encontraba el monedero.
Pasan unos tres minutos, y el chico desde el salón, grita:
—No lo encuentro. ¿Puedes entrar a ayudarme?
Martina se debatía internamente. ¿Entrar? La verdad es que nunca había entrado en casa de un cliente, ya que no era lo correcto. Pero... si no encontraba el monedero y si él pedía ayuda, ¿por qué no?
Martina entra, tímidamente. Y deja la pizza en una mesa que hay cerca de donde se encuentra el chico, rebuscando en un sillón, haciéndolo lo más creíble posible. Ella se acerca al sofá y empieza a mover los cojines, pero no hay nada. Y es que él ya había pensado que ella buscaría ahí lo primero del todo, y se había guardado el monedero ya en el pantalón.
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One Shot's ||Jortini||
FanfictionAcá vas a encontrar One Shot's tristes, tiernos, y hot's. ¿Qué esperas para leerlos? Dejame en los comentarios que te parecieron, si te gustaron, si los odiaste, si lloraste, me gustaría saber tu opinión. ¡No te olvides de seguirme! ✌❤