El Sr. Blanco baja su cabeza y chupa un pezón en su boca, su lengua tentando, presionando y sus dientes mordisqueando. Tiro mi cabeza hacia atrás y grito. Mierda. Su boca. Arqueo mi espalda, mi pecho empujando hacia adelante, mi cuerpo apretado mientras me chupa muy en serio. Está golpeando mi pezón adelante y atrás. Adoro lo que está haciendo, especialmente cuando rodea la punta de mi botón duro. Estoy mojando mis bragas, mi vagina deseando. Nunca estuve así de deseosa por ningún otro chico. Solo con él, el Sr. Blanco.
Libera un pezón y se gira hacia el otro. Agarro su cabeza y araño su cuero cabelludo antes de bajar mi cabeza y presionar mi cara contra su cabello, inhalo una bocanada de su esencia. Dios, no puedo tener suficiente de él. Huele a sudor, tierra y su propio almizcle, justo como un hombre de verdad debería. Sus dientes ejercen presión sobre mi pecho, un indicio de dolor escabulléndose a través de mí.
—Sí —digo—. Más. —Mucho más.
Lo hace de nuevo. Más duro esta vez. Juro que casi me causa un orgasmo instantáneo. No creo que pudiera estar más húmeda, querer más, tan lista para tener sexo. Adoro cuando los hombres muerden mis pezones. O marcan mis pechos con sus dientes. Se siente tan territorial. Como un macho alfa marcando a su puta perra. Me estremezco de la cabeza a los pies cuando chupa mi carne profundamente en su boca. Mierda. Se siente como si mi columna fuera a derretirse en cualquier momento. Como cera sobre alquitrán caliente. Para el momento en que terminó, mis bragas están saturadas con mis jugos.
El Sr. Blanco traga y sigo el camino de su manzana de Adán con mi mirada.
—Eres tan bonita, Martina. Una niñita bonita, ¿no? —Aprieta los globos de mi culo.
Me gusta su cumplido. Suena sincero y me estremezco ante el pensamiento de nuestra diferencia de edad, de ser llamada una nenita.
Pasa sus manos sobre mis muslos. Sus manos callosas y de soldado, perfeccionadas por la batalla se sienten ásperas contra mi piel. Continúa su viaje hacia arriba, los dedos tentando la coyuntura de mis muslos.
—Dios. Estás mojada.
—Me quemo por vos —Exhalo.
—Hmm —Levanta mi minifalda y desliza sus manos debajo de la seda de mis bragas. Una maldición florece en sus labios—. Tan liso.
—Me gusta liso. Es más limpio, ¿sabés? Sé que a los hombres no les gusta tener pelos en sus bocas.
El Sr. Blanco hace un sonido raro en su garganta, sus ojos se amplían por un momento mientras toma un respiro profundo.Río y me levanto de su regazo antes de tirar de mis bragas por mis piernas. Un destello más tarde y pierdo mi falda también. Un chasquido de mi pie y la pateo de mi tobillo, dejándome desnuda ante el mejor amigo de mi papi. El Sr. Blanco agarra mi culo, atrayéndome más cerca. Frota sus labios sobre mi vientre, sus dedos van a mi vagina, tentando mis labios más bajos. Me oprimo contra él, volviendo su palma buena y húmeda con mi crema.
—Siéntate sobre el fregadero —Ordena.
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One Shot's ||Jortini||
FanfictionAcá vas a encontrar One Shot's tristes, tiernos, y hot's. ¿Qué esperas para leerlos? Dejame en los comentarios que te parecieron, si te gustaron, si los odiaste, si lloraste, me gustaría saber tu opinión. ¡No te olvides de seguirme! ✌❤