Creo en ti ||Parte 5||

625 61 7
                                    

-5-

— Um.. —Murmura Jorge y besa mis pechos.

Arqueo la espalda ante aquello. Y el muerde uno de mis dilatados botones. Tomo sus finos pelos entre mis manos y lo jalo. Él se sube de nuevo encima de mi y nuevamente me besa, como lo hizo miles de veces hoy. Mis manos bajan por su cuadrado abdomen y después, llegan al elástico de sus bóxers. Los cuales bajo con cuidado. Jorge los tira con sus pies y después me mira hambriento.

— Faltas tu... —Me dice con voz ronca. Yo asiento levemente y siento como las calientes manos de Jorge bajan mi tanga. Dejándome totalmente desnuda, como el.

Mi respiración aumenta y siento como Jorge encaja levemente sus dedos en mis muslos. Apretándome contra el, sintiendo toda su masculinidad chocar contra mi.

— ¿Con o sin condón? —Me pregunta, abro los ojos y lo miro. Él esta algo nervioso— Si no quieres con el condón, compre la pastilla del día siguiente... digo... si es que quieres —Yo sonrió tiernamente. Creo que soy realmente afortunada al tener un chico que se preocupa demasiado por mí.

— Con condón —Contesto, no confió demasiado en las pastillas— Así esta bien mi amor.

Él asiente y Jorge me da un pico, se sienta en la cama y saca el condón del cajón, el lo rasga y después vuelve conmigo. Se sube de nuevo encima de mi, y sus manos se colocan en mis piernas, el las separa y se mete en medio de ellas.

— Creo que te va doler un poco... —Me dice asiento una mueca— A las vírgenes les duele mucho la primera vez.

Yo asiento nerviosa, y la culpa me come. ¡Mierda! Él esta demasiado preocupado por que soy 'virgen'.

— No importa, hacelo... —Le dedico una sonrisa nerviosa.

Asiente y con sumo cuidado, entra lentamente en mí. Siento una leve punzada en mi intimidad y minutos después, como Jorge entra todo completo. Mis ojos se mantienen cerrados. Y me desespero un poco al saber que el no se movió absolutamente nada, es algo que me pone nerviosa. Solo quería que pasara ya.

Jorge empieza a moverse adentro de mí, haciendo lentos movimientos. Suspiro y dejo salir una enorme sonrisa. Es tan lindo que alguien me toque con amor. Y que no abuse de vos. Creo que exagero al describir este momento, pero es maravilloso, creo que cualquier chica que pasara lo mismo que yo. Porque hacer el amor con alguien que no te trate mal, es lo más hermoso que hay.

Al menos para mí.

Siento a Jorge aumentar los movimientos, agarro sus hombros y abro mis ojos. Miro a Jorge, quien esta con los ojos apretados con fuerza y su cuello tenso. Empieza a hacer un vaivén, mientras nuestras intimidades chocan. Y suelto fuertes gemidos, al igual que el.

Y llega ese momento en el que me siento en las nubes, mi primer orgasmo. Siento a Jorge minutos después dejarse caer encima de mí. Abro los ojos y acaricio su cachete.

— Te amo. —Murmuro y le doy un pico, el cual el no responde. Me tenso un poco, al ver que pasaron varios minutos y ver que el no contesta, solo sigue mirándome con la cara neutra.

Mis sentidos se alarman y me tenso abajo de el.

— No eres tan estrecha como una virgen. —Murmura el— No es que haya estado con miles de vírgenes, pero es mas que obvio que una chica virgen es demasiado estrecha, y tu Martina... no lo estabas.

Y si, me había jodido, porque Jorge lo había notado. Me pongo nerviosa y busco cualquier excusa.

— Puedo ser la excepción. —Le contesto con una sonrisita falsa.

— No lo creo, no eres virgen. ¿Por qué me mentiste respecto a eso Martina? —Me pregunta seriamente, y se mueve en la cama, quedando acostado a un lado mío, sin verme.

— Yo no te mentí. —Contesto.

— ¿Crees que soy idiota? ¿Crees que no me doy cuenta de que eres la reina de las mentiras Martina? —Y siento un golpe en el pecho, me siento en la cama y lo hago mirarme.

— Jorge, yo nunca... —Y el me interrumpe.

— ¿Tu nunca que? ¿Nunca me has mentido? Por Dios... —Dice con sarcasmo— Es hora de que digas la verdad Martina.

Mierda, Jorge ya no merece mas mentiras.

— No era virgen —Contesto, y el hecha un largo suspiro. Se levanta de la cama y toma sus bóxers, lo veo ponérselos y después me tapo bien con la sabana.

— No dormirás aquí, te llevare a tu casa —Me dice secamente, siento como mi garganta se llena con un nudo y no puedo hablar, solo asiento y me destapo.

Comienzo a tomar mi ropa y ponérmela. Puedo sentir su mirada en mí todo el tiempo. Cuando estoy lista me pongo frente a el, y trato de tocar su cara. Cosa que el niega y saca mi mano, sin pizca de cariño.

— Vamos —Él sale de la habitación y lo sigo.

Salimos de su casa y cuando estoy frente al auto, el se sube primero. Sin abrirmela, suspiro algo dolida y me meto. El camino a casa es puro silencio. Yo sabia que esto iba a pasar... lo sabia.

Empiezo a sentir como mis mejillas se empapan de lágrimas. Jorge se dio cuenta, pero no hizo nada, creo que ni siquiera le importo que fuera llorando todo el camino llegando a mi casa.

— Baja —Me dice secamente, cuando estoy a punto de hacerlo, el me agarra del brazo.

Las ilusiones llegan a mí, pensando que me va a decir que me ama. Pero no es así.

— Terminamos. No mas mentiras Martina, estoy harto —Yo asiento levemente con la cabeza. Pero no me puedo bajar, antes de decirle todo lo que siento.

— No sabés como lo lamento Jorge, pero quiero que sepas que sos la única persona que me hizo sentir todo esto —Y le dedico una triste sonrisa.

— Bájate —Me dice por última vez y yo lo hago.

Nunca pensé que las cosas fueran así, pero realmente paso. Él termino conmigo por una de mis mentiras. Pero, aunque no lo acepte, me lo merecía, por ser la maldita reina de las mentiras. Como el me lo había dicho.

Y con el corazón prácticamente en mi mano, entro a mi casa llorando.

No es para nada lindo que la persona que te saco adelante, termine con vos.

One Shot's ||Jortini||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora