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Aless y visita inesperada


Me ducho rápido y lo primero que veo al salir es a mi mate frente a él espejo con la mirada perdida.

— ¿Megan? — parpadea tres veces seguidas y parece salir de su trance. — ¿Pasa algo? — pregunto preocupado. No dijo nada cuando le propuse lo de nuestra comodidad.

— Es que... — baja la mirada — Si vamos a vivir juntos — sus ojos buscan los míos. Sus avellanas brillando con un toque de vergüenza. — Quiero que sepas que... — mi pulso se acelera. ¿Qué va a decir? — No sé cocinar — un suspiro de alivio y ella frunce el ceño.

— Pensé que era otra cosa — sonrío acercandome a ella y me detengo a escasos centímetros de su cuerpo. De cerca su olor es más fuerte y eso me encanta. La lavanda inunda la habitación. — Yo soy un experto en la cocina — entonces sonríe aliviada.

— Yo haré lo demás pero... — se pone de pie — La cocina es toda tuya — alza las manos en señal de rendición y río por su cara.

— Está bien — sonrío y dudo si tomar su mano. Al final ella misma me la da y un alivio inmenso me invade.

Ya estamos progresando.

[... ]

El desayuno transcurre un poco incómodo y tenso por parte de mi mate. En cierto modo está algo resentida por la desconfianza que mi familia le mostró al principio aunque ahora ya no lo demuestran.

— Hemos decidido algo — rompo el silencio y miro a mi derecha donde posa Megan. — Nos iremos a vivir juntos cuanto antes — mi madre no tarda en poner su cara de horror.

— ¿Cuánto antes? ¿Y el tiempo que te quedarías con nosotros? — papá no parece muy horrorizado de hecho parece entenderlo pero mamá no.

— Nos sentiremos más cómodos — resumo en pocas palabras sin entrar mucho en detalle. Veo el rostro de todos. Mi padre me apoya, Jake e Isabella también, mi madre parece a punto de llorar y Vinnie solo demuestra curiosidad.

— Pero podrían estarlo en casa — respiro hondo — Con nosotros — Mi mamá toma la mano de mi padre.

— Está decidido — declaro firme. No dejaré que me manipule de nuevo — Nos iremos y podrán visitarnos cuando gusten — el resto asiente pero a mamá ve con cierto odio a Megan y entrelazo nuestras manos por debajo de la mesa. Ella sonríe de lado.

— ¿Y dónde vivirán? — Pregunta mi hermano mayor, Jake. — Podemos ayudarles con ello. — señala a Isabella.

— Compré una casa hace poco cerca del bosque — murmuro y él asiente — Es pequeña pero acogedora.

— Entonces no queda más que decir — Levanta su jugo como si fuera brindis — Por la nueva vida de Patrick y su mate Megan — mira a la aludida y sonríe un poco. Todos levantan sus vasos con diferente contenido y brindamos.

— Vaya — ella suelta un silbido cuando ve nuestro hogar. Sonrío — Es preciosa — sus ojos brillan cuando detalla la casa.

El día de hoy vamos a darle una limpieza y dentro de poco vendrán los demás inmuebles.

Es una pequeña casa de dos pisos de madera oscura. Estilo cabaña. A su alrededor abundan las plantas y flores. Subimos los tres escalones que separan el césped de la entrada de la casa e introduzco la llave. Abro la puerta y me hago a un lado para dejarla entrar. La casa no está tan mal. Sus ojos detallan el interior para después su entrecejo se hunde profundamente.

— ¿Qué...? — mis ojos siguen a donde los suyos están fijos. Al punto exacto y casi se cae mi boca de mi cara.

Aless

— ¡Ya era hora que aparecieras! — lo escaneo para comprobar que en serio esté aquí. — Me empezó a picar la nariz tanto polvo — pasa el dorso de su mano por la nariz y niego con la cabeza con una sonrisa comprimida.

— ¡Viejo! — voy hacia él y nos damos el típico saludo varonil. Nos palmamos la espalda mientras nos abrazamos. — ¿Pero cómo? — mi voz confundida lo hace reír.

— Lo traes tan loco que ni siquiera se acuerda — se dirige a mi mate y niega con la cabeza, divertido — ¿No lo recuerdas? — niego con la cabeza. Rebuscando en mi cerebro. — ¡Te dije que vendría! — parece ofendido pero su sonrisa sigue ahí, divertida.

— Lo olvidé, perdón — tomo asiento avergonzado

— ¿Sabes que más no recuerdas? — vuelve a sentarse en su sitio. — Decirme que eres un maldito licántropo — Su voz y cara son tan frías que me hace tragar saliva.

— Yo... — busco las palabras adecuadas — ¿Cómo?

— Vi la maldita batalla de ayer — se encoge de hombros. — No fue difícil llegar a la verdad oculta. — mira atrás de mi. Donde sigue de pie Megan. — ¿Nos presentarás? — asiento sintiendo mis mejillas arder.

— Megan — alzo mi mano que toma con timidez — Él es mi mejor amigo, Aless — señalo al rubio frente a mi. — Aless, ella es Megan — mi boca se seca — Mi... — la miro — Mi novia.

Megan

Esas dos palabras hacen que mi corazón se derrita y detenga por un momento.

La manera en como me miró en busca de respuesta me parece muy tierno.

— Vaya — los ojos grisáceos del chico me observan y trago saliva. Me pone nerviosa su intensa mirada de escaneo. — Te vas y cuando vuelvo a verte... ¡Ya tienes novia! — niega con la cabeza sonriendo de lado — Hola preciosa mucho gusto de conocerte — me tiende su mano poniéndose de pie mientras me guiña un ojo. Finjo una sonrisa

— Igualmente — Soy consciente de la mirada de mi acompañante así que el tiempo en que nuestras manos están unidas es poco.

— Realmente siento no haber recordado — La voz arrepentida de Patrick me hace sonreír divertida. Realmente se arrepiente

— Quiero que me cuentes todo sobre lo que eres — no sé de donde Aless saca una botella de vino pero nos invita. Patrick y yo rechazamos la oferta.

— ¿Con qué quieres que comience? — pregunta Patrick comenzando a limpiar. Copio su acción.

— Todo — responde el rubio.

Aproximadamente tardan más de una hora charlando de lo que son los licántropos etc. Yo solamente escucho a la lejanía. Son cosas que me enseñaron al ser cazadora pero otras si me resultan interesantes como la primera transformación y el papel que conlleva una Luna.
Gracias a Dios mi mate no resultó un alpha sino mi responsabilidad fuera más grande.
Patrick le habla de su familia y también de Isabella que resulta ser un híbrida de bruja y lobo.

Me pregunto si su hijo tendrá poderes.

Habla de su prima Mia y su esposo. La chica castaña que casi apuñala a Eddie. También habla de sus padres y finalmente de nosotros.

— ¿Entonces son mates? — recién termino de limpiar la cocina. Aless me observa curioso mientras nos observa limpiar

— Así es — Patrick me ve y sonríe. Mi corazón se acelera. Le doy la espalda cuando noto mis mejillas encendidas.

— Algunas cosas ya las sabía — confiesa Aless y no puedo evitar girarme hacia él sorprendida. — Me gusta leer ese tipo de cosas — se encoge de hombros

— Quien lo diría — Patrick termina de desempolvar una pintura y me ayuda a desempolvar pequeño el librero.

— Gracias — él me sonríe cuando terminamos y la puerta se abre. Todos nos giramos hacia la puerta donde una chica pelinegra con ojos parecidos a los de Aless hace acto de presencia. En sus manos posan unas bolsas de algun supermercado.

— ¡Patrick! — Chilla y literalmente deja las bolsas en el suelo y se lanza sobre él.

Algo incómodo y desagradable se acomoda en mi estómago al ver esta escena. Los brazos de la chica rodean el cuello de Patrick quien parece incómodo.

— Olvidé ese pequeño detalle amigo mío — Aless rompe el tenso silencio. — Mi hermana vino conmigo

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