Dos

501 46 3
                                    

Un día, la madre de Iván fue a saludar a aquellos vecinos, Iván no quería ir y estaba escondido atrás de su madre.

Si quería ver a gente nueva, pero, le daba vergüenza

Una mujer salió de aquella casa, se veía amable, su madre la saludo.

Después de unos diez minutos Iván pudo notar que se hacían amigas, hablaban sin parar sobre sus hijos, y vida en general.

Estaba aburrido, sí, muy aburrido, hasta que de repente la señora se dió cuenta de su presencia.

— Hola pequeño ¿cómo te llamas? – Dijo con amabilidad.

— Iván – El pequeño sonrió levemente, la mujer en cierto punto era agradable.

— Ay! que lindo, mirá que yo tengo un niño igualito a vos, se llama Rodrigo.

Iván pensó de inmediato en el niño que había visto hace un tiempo.

Después de unos minutos, por fin las madres dejaron de hablar, y ahora Ivan se dirigía a casa con su madre.

— ¿Tienes hambre cariño? terminaré de preparar el almuerzo, vos siéntate por mientras a esperar la comida.

El pequeño asintió, y fue a la mesa esperando su plato de comida mientras jugaba con los tenedores y cuchillos, haciendo que estos dos tuvieran una batalla.

Después de una deliciosa comida, y un baño caliente, Ivan estaba viendo otra vez por esa persiana. Está vez se emociono al ver a Rodrigo jugar en la calle con una pelota

Le dieron inmensas ganas de jugar, pero sabía que su madre no iba a dejar que saliera después de bañarse. Tampoco era como si el clima estuviera de lo mejor, hacia un poco de frio

— Tal vez otro día pueda jugar con vos a la pelota..

Persiana Americana ! RodriVanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora