— ¿Te gusto?
Preguntó Iván. Rodrigo se avergonzó por lo que dijo y rápidamente se separó de él, sentándose en la orilla de la cama.
— No, o sea, si, per-
— ¿Por qué te gusto?
Iván estaba entre confundido y nervioso, no esperaba gustarle a Rodrigo pero a la vez lo suponia, de alguna forma.
En cambio, Rodrigo, sintió que Iván lo interrogaba de más y se sintió incómodo. Seguro no le gusto, pensó.
— Perdóname, lo dije sin pensar. Quizás te estoy incomodando, mejor me voy.
— No me incómodas. Solo que es raro para mí.
Rodrigo suspiró pesadamente, se había vuelto incómodo. Pensaba en miles de cosas demasiado rápido y sentía ganas de llorar.
— Vos también me gustas, mucho.
Iván se le estaba declarando, quedó increíblemente sorprendido.
— ¿Que? Enserio?
— Es re obvio boludito. Si no, no te prestaría mi campera, no te defendería, no dejaría que me abraces, no te hablaría, prácticamente.
— P-pero vos sos lindo.
— Vos también.
— No, Iván, me refiero a que vos de verdad sos lindo. No veo posible que de verdad te guste.
— Vos sos más lindo que yo, encima desde que te conocí me pareces re tierno y bonito.
— ¿Sos conciente de que lo que me estás diciendo es muy romántico?
— Si, pero bue. Con vos puedo ser más cariñoso.
Rodrigo sonrió, y abrazó a Iván apretándolo bastante, demostrando el infinito afecto que le tenía y que estaba dispuesto a darle.
— Che, Ro, te quiero y todo, pero no me dejas respirar.
Ambos rieron y se abrazaron más suave, está vez más tranqui y sin presión.
Ambos se acurrucaron en la cama y se taparon con las sábanas, robándose pequeños besos en el proceso.
— Después podemos ir a comer a mi casa, seguro mi mamá hizo almuerzo.
— Si, después. Ahora quiero estar con vos.
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Persiana Americana ! RodriVan
RomanceLa madre de Iván compra una persiana, dónde el pequeño, miraba siempre a un castaño con ojos verdosos. Capitulos cortos, aunque algunos no tantos. (Narrador omnisciente)