En uno de esos recesos largos, Iván y Rodrigo, fueron para aquella parte quemada de su colegio, claro que esta vez sin peleas de por medio.
Solo estaban aburridos, querían ir ahí. Se quedaron en silencio para no recordar aquel momento donde todo parecía malo.
Bueno, Iván mentia si decía que una que otra vez fumaba, pero solo a veces, como método para desestresarse. Siempre pedía perdón, Rodrigo le repetía que esa no era la forma de afrontar las situaciones, pero, todo transcurría normal.
El silencio se tornó lleno de cariño cuando Iván se acercó a Rodrigo, sentándose al lado de él en el suelo, apoyando su cabeza en el hombro del castaño.
— Tengo sueño
Le dijo susurrando, recibiendo un sonido de aprobación, suponiendo que Rodrigo también tenía sueño.
— Yo también.
Y con esto, apoyó su cabeza sobre la de Iván, creando un revoltijo de cosas en su estómago que hace tiempo no sentía. Se sentía como si esto fuera nuevo, cuando mil veces lo hicieron, pero esta vez era diferente, se estaban enamorando de nuevo.
Luego de unos minutos donde sus relajadas respiraciones eran protagonistas, Iván se levantó del suelo, y se dirigió hacia una pared cercana, sacando un plumon de su bolsillo.
— ¿Que haces?
Preguntó el castaño, cuando vio como Iván escribia un par de palabras bastante grandes en la pared
Si, Iván había rayado "Rodri te amo" En letras rojas y, luego de escribir, lo miró, sonrieron.
— ¿Ahora sos un vándalo? Te falta patear abuelas.
Ambos soltaron una gran risa, que, suponían que estaban conteniendo, ya que por los nervios de estar ahí era bastante necesario desahogarse de alguna forma ruidosa.
— ¿No me amas también? Mirá que si no ven acá me van a suspender por rayar las paredes.
Dijo Iván, acercándose bastante hacia Rodrigo, robándole un corto pico en sus labios, el castaño solo rodó los ojos con una sonrisa.
— ¿Que vas a hacer cuando no me ames? Eso va a quedar ahí por siempre.
— No importa. Yo te voy a amar siempre
Rodrigo negó con la cabeza, robándole está vez un beso a Iván, que, no era tanto robar, más bien, devolver, ya que besarse rápidamente era costumbre, de vez en cuando necesitaban un beso correspondido.
Iván dibujó un par de cosas más y luego volvió a sentarse con Rodrigo. Sacó un cigarro, y miró al castaño para ver si no le molestaba que fumara, el cual no hizo nada.
Prendió el cigarro lentamente, dando caladas escasas, ya que su única droga y a la vez tranquilidad ya la tenía al lado.
Se dieron un beso un poco más largo, enredando sus brazos en el cuerpo del otro, aunque, claro, sin quemarse por el cigarro.
— No me beses, sabes a cigarro, que asco.
Le dijo Rodrigo, aunque sus besos no le parecían asquerosos nunca, solo estaba jodiendo, le gustaba molestarlo.
— Bueh, no pareciera que te diera tanto asco si me seguís el beso.
Siguieron conversando y fumando hasta que, se escuchó un estruendo bastante fuerte desde afuera.
Y el tiempo se hizo demasiado corto, muchos gritos empezaron a sonar.
Empezaron a correr dentro del aula, y ambos por el resto de sus vidas no lamentaran otra cosa que no sea haber entrado, ya que si, habían algunos hombres mayores con pistolas.
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Persiana Americana ! RodriVan
RomanceLa madre de Iván compra una persiana, dónde el pequeño, miraba siempre a un castaño con ojos verdosos. Capitulos cortos, aunque algunos no tantos. (Narrador omnisciente)