Siete

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Llegó el momento de despedirse, y era claro que Rodrigo no quería que Iván se fuera, lo abrazaba tal koala.

Y digamos que Iván no hacía gran esfuerzo por separarse, el contacto físico no era totalmente agradable para él, pero no se atrevía a decir palabra alguna, tampoco le molestaba.

— Rodrigo, Iván tiene que irse con su mamá, ya es bastante tarde.

Decía su madre, pero el pequeño no le hacía caso, solo se aferraba del cuello de Iván, como si fuera un objeto preciado que pueda ser robado.

— Oh, pueden despedirse un poco más, yo tengo cosas que hacer.

Silvia, la madre de Iván, guiño el ojo, dentro de unos días se venía el cumpleaños de Iván, y tenía que envolver sus regalos. Así que se fue sin decir nada más.

Rodrigo abrazó por un rato más a Iván, este no decía palabra alguna, solo lo abrazaba también, le daba igual si Rodrigo se aferraba a él como si fuera el fin del mundo, hacia frío y el calor corporal que ambos compartían era agradable.

— Cariño, Rodri, me parece que es suficiente, mañana pueden verse de nuevo.

No hubo respuesta.

— Rodrigo, mañana puedes venir a mi casa y comemos galletas de chocolate, justo estaba guardando algunas en secreto, porque si no se las comen todas mi familia

Susurró Iván en el oido de Rodrigo, y este lo miró con una sonrisa, le dió un último abrazo, bastante fuerte, y por fin lo soltó

— Mañana nos vemos

Iván, con una pequeña sonrisa, se fue lentamente del lugar, hacia su casa

Definitivamente Rodrigo quería probar aquellas galletas

Persiana Americana ! RodriVanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora