Veintidos

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Desde aquel día, ambos enamorados se trataban muy bien, claro que tenian peleas, pero de cosas muy básicas e inmaduras como para no arreglarse al instante.

Solo que está vez no había peleado, pero Iván estaba muy enojado, o más bien, celoso.

Si, su castaño estaba con otro pibe, y no cualquier pibe; era Matías, el chico con el que se había peleado.

Rodrigo no se veía muy cómodo hablando con Matías, seguro el chico le había hablado para pelotudearlo, e Iván no dejaría que haga eso.

Al pelinegro le hervía la sangre, no le gustaba que se acercaran a Rodrigo, y menos si era el pelotudo de Matías. Iván veía la escena desde lejos, apoyado contra una pared, de brazos cruzados.

Rodrigo no se daba cuenta de la presencia de Iván, pero se notaba que cada tanto buscaba entre la multitud a Iván, sin encontrarlo se desmotivaba, no le gustaba hablar con su compañero.

Todo parecía normal, hasta que Matías le tocó el brazo a Rodrigo, Iván enojado fue caminando bastante rápido hacia donde estaban ambos chicos.

— ¿De quién es esta campera?

Le preguntó Matías a Rodrigo, sin dejar de tocarlo.

— ¡Es mía!

Dijo Iván, bastante fuerte. cuando estuvo frente a frente con su compañero lo miró enojado, apegando a Rodrigo más a su cuerpo, levemente.

— ¿Y a vos quien te invitó?

— ¿Necesitaba invitación para decirte que esa es mi campera y que Rodri es mi novio?

Matías lo miró con el ceño fruncido.

— Mirá vos, Rodrigo no me dijo nada, y estaba re feliz hablando conmigo.

— El que estaba feliz sos vos de poder hablar con Rodrigo, el ni quiere hablar contigo.

— No hables por Rodrigo, seguro quiere hablar conmigo, soy genial.

— Genial va a ser la patada que te voy a pegar en los huevos si no dejas de incomodar a mi novio.

— No es tu novio, sos mentiroso.

Iván agarró de ambas mejillas a Rodrigo, dándole un pico no tan corto, el castaño no se quejó.

— ¿Ves? Si es mi novio

— Pero eso hasta yo lo puedo hacer.

Dijo Matias, y al instante que acercó sus manos a Rodrigo para tocarlo Iván le pegó una patada en su entrepierna.

Su compañero se tiró en el piso, quejándose del dolor.

— No, no podés.

Rodrigo miraba la escena sorprendido, le tocó el hombro a Iván, este se dió la vuelta y lo abrazó

— Perdóname, no me gusta que me veas pelear, pero es que el pelotudo este se lo merecía.

Rodrigo sonrió, correspondió al abrazo.

— Igual si, ya me estaba incomodando, y vos no aparecías nunca.

— Te estaba viendo.

— Que acosador sos.

Iván rió, alejándose levemente de Rodrigo para mirarlo.

— No soy acosador.

El pelinegro negó con la cabeza y se acercó a Rodrigo, besándolo por un buen rato.

— También sos celoso.

— Yo cuido lo que es mío, eso no es ser celoso.

— ¿Desde cuándo soy tuyo?

— ¿Desde cuándo te vez tan lindo con mi campera?

Rodrigo sonrió, revolviendole el pelo a Iván.

— Ahora sos muy cariñoso Ivi, no me dejas serlo primero.

— ¿No te gusta?

Preguntó Iván, ya que el no era de demostrar afecto, y estaba haciendo un gran esfuerzo por demostrarle cada día a Rodrigo cuanto lo quería.

— Me encanta

Rodrigo está vez se acercó para besarlo, dándole un beso bastante largo, transmitiendo que lo quería mucho, apesar de todo.

— Te quiero

— Ahora vos sos el romántico, yo también te quiero.

Ambos rieron, Iván amaba a Rodrigo, Rodrigo amaba a Iván, aún con su extraña forma de demostrar afecto; Peleando.

Persiana Americana ! RodriVanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora