Tres

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De aquella ventana se mostraba el sol, el día estaba radiante aún por el frío que hacía

Iván pensó que era una buena oportunidad para salir a jugar con su pelota

— Ma, ¿puedo ir a jugar a la calle?

Preguntó el pequeño a su madre, la cual estaba limpiando, como siempre. A veces Iván se preguntaba si él tendría que limpiar tanto algún día

— Está bien cariño, pero ponte tu abrigo, y ten mucho cuidado

Iván sonrió cuando su madre le dejó un beso en su frente, fue corriendo a ponerse su abrigo, y después salió de aquella casa, con su pelota en mano

Estuvo jugando un buen rato, después se sintió verdaderamente cansado y se sentó en la vereda de la calle

Pero su tranquilidad no duró mucho, se alarmó cuando vio como un niño castaño salía de su casa también, con una cuerda en sus manos

Iván abrió sus ojos como platos, por fin conoció al nuevo vecino, se sentía emocionado

Pero como siempre, su felicidad no duró mucho, y no tardó en aparecer su vergüenza, no quería que el niño pensará cualquier cosa de él por el simple hecho de estar sentado en la calle como un perro abandonado

Así que, con cuidado se levantó del cemento, y fue a pasos lentos hacia su casa, pero a mitad de camino se quedó estático cuando escuchó una suave voz

—¿Querés jugar conmigo a saltar?

Dijo aquel pequeño, con una sonrisa que notó Iván de inmediato cuando se dió la vuelta

No pudo decirle que no, ya que sabía que no habían muchos niños en el vecindario, seguramente si no jugaba con él nadie lo haría, y eso no lo ponía feliz

Asintió tímidamente, acercándose un poco más al niño que caminaba rápidamente hacía él, emocionado

Persiana Americana ! RodriVanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora