𝑪𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐.

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Mia cerró su casillero de sorpresa al escuchar las palabras imprudentes que salían de la boca de su mejor amiga, Violet. A su lado, Violet continuaba dando una gigantesca charla sobre la desastrosa y vergonzosa escena que sus padres habían armado en el vecindario, cuando el hombre llevó a su amante a pisar las tierras de la pelirroja.

—Y también le dio una cachetada a Clarise —susurró Violet, bajando el tono de su voz para asegurarse de que nadie más pudiera escuchar la locura de su madre.

—Pero ella se lo merecía —declaró Mia, mientras comenzaban a caminar por los pasillos hacia la cafetería para recoger su almuerzo.

—¡Sí! Pero mi mamá jamás se había comportado así, me preocupa —continuó la pelirroja, esquivando a los estudiantes ignorantes que se cruzaban en su camino sin intención de dejar espacio para que los demás pudieran pasar. —Además, Charlie y mi papá tuvieron que intervenir.

Mia se mostró molesta por los asuntos familiares de su mejor amiga. Tanto como Aryan solía proteger a Walker, Mia lo hacía con Violet.

Walker y Aryan habían llegado a la cafetería minutos antes que Mia y Violet, seguramente aún estaban en el casillero de Mia hablando sobre la icónica cachetada que la madre de Violet le había dado a la otra mujer de Carter Jones.

Formaron fila, cada uno con su charola de comida de color rojo cereza, listos para tomar su lugar en los mostradores de la cafetería. Mientras esperaban, discutieron una vez más el final de Avengers: Endgame, como un ritual que veían cada domingo a las tres de la mañana. Al día siguiente, las ojeras bajo sus ojos eran tan oscuras como si llevaran maquillaje.

—Stark no merecía ese final —Chilló Walker, tomando finalmente su lugar en los mostradores, seguido de cerca por Aryan, quien eligió una manzana verde, puré de papas, pollo asado y verduras. Juntos se dirigieron a la máquina expendedora, donde Walker compraría su jugo de uva, su favorito en realidad.

No tuvieron que esperar mucho, solo unas tres personas, antes de que Walker metiera una moneda, presionara un botón y el resorte empujara el jugo, dejándolo caer en el compartimento de abajo. Una vez con su jugo en mano, ambos caminaron por la cafetería, mientras Walker continuaba hablando y al mismo tiempo abría su bebida con los dientes.

Sin previo aviso, el hombro de Walker chocó contra una roca, haciendo que su charola cayera al suelo y, lo que era peor, su jugo explotó debido al apretón que Walker le dio. El líquido manchó a Ryan Moore (Ryan era la roca con la que Walker choco) , quien se encontraba justo al lado.

La charola estaba sobre los zapatos caros de Moore, y el jugo había salpicado su cara, cabello y camiseta blanca. Con una expresión de enfado, Moore miró a Walker, quien se mostró tenso junto al mayor.

—Scobell... —rugió Ryan, rechinando los dientes y apretando su mandíbula con fuerza, al igual que sus puños. —¿Qué te había dicho la última vez?

Aryan y Walker se quedaron pálidos en su lugar. Aunque Walker era miedoso, también era impulsivo como el viento, y su lengua no podía guardarse nada.

—Vas a golpearme, lo sé, pero no creo que quieras golpear a alguien mucho menor que tú. Serías muy idiota —salió de Walker con total naturalidad.

Todos en el comedor se quedaron atentos a la escena, guardando silencio para escuchar las palabras que cada uno pronunciaría.

El mayor dio un solo paso hacia Walker y lo tomó por la camiseta, casi levantándolo por completo del suelo.

—¡Hey, suéltalo! —exclamó Aryan, pero enseguida fue lanzado al suelo por la mano libre de Ryan Moore. Dos chicos se acercaron rápidamente y lo sujetaron en el suelo para que no pudiera hacer nada por su amigo.

𝙤𝙗𝙨𝙚𝙨𝙨𝙚𝙙 |𝘢 𝘞𝘢𝘭𝘬𝘦𝘳 𝘚𝘤𝘰𝘣𝘦𝘭𝘭 𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora