𝑻𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒔𝒆𝒊𝒔

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Charlie aparcó el auto en uno de los muchos espacios libres del estacionamiento. En el asiento del copiloto, Violet se quitó el cinturón de seguridad y alcanzó su teléfono, que descansaba en el portavasos, apagando la música que sonaba desde su lista de reproducción en la radio del auto.

Charlie soltó una risita, incapaz de contener la diversión que le había causado la situación desde que Violet le pidió que la llevara a la escuela un domingo por la tarde.

El castigo tenía que cumplirse, y aunque no entendía muy bien a qué se refería Violet con "una especie de terapia", imaginaba que tendrían que resolver sus problemas hablando.

—¿De qué te ríes? —Violet le lanzó una mirada severa, estirando la mano para abrir la puerta del auto.

Pero para Charlie, ya era demasiado tarde. La risa se había desatado y era imparable.

—No puedo creer que te hayan castigado por una pelea en la que ni siquiera participaste. Y solo tienes trece años. Las nuevas generaciones vienen con todo —dijo Charlie entre carcajadas, mirando a su hermana menor.

Violet decidió ignorarlo y salió del auto, pero se detuvo cuando Charlie le habló de nuevo.

—Vuelvo por ti en un rato. Buena suerte con la "Bower Gang" —le guiñó un ojo.

Violet cerró la puerta del auto con un golpe y se dirigió hacia la escuela. Los pasillos estaban vacíos, y no tenía idea de dónde se suponía que debía reunirse con el grupo de terapia.

Caminó sin rumbo por los pasillos, buscando el punto de encuentro. Tal vez hubiera sido buena idea revisar su correo antes de salir de casa, pero estaba segura de que lo encontraría eventualmente.

Después de deambular por los desolados pasillos durante unos minutos, Violet notó una figura familiar a lo lejos. Reconoció a Aryan, que también parecía estar buscando algo.

Así que sin una segunda opción caminó hacia el moreno, que parecía algo perdido.

—Hey, Aryan —lo llamó Violet, acercándose a él—. ¿También estás perdido?

Aryan se giró y le sonrió a Violet, su expresión aliviada al ver a alguien conocido.

—Sí, estoy buscando el lugar de la reunión. ¿Sabes dónde es? —preguntó, sus ojos se llenaron de esperanza.

—Estoy en la misma situación —admitió Violet, encogiéndose de hombros.

Debatieron sobre el paradero del resto del grupo hasta que ambos decidieron buscar juntos, caminando por los pasillos y charlando para pasar el tiempo. Hablaron de las clases, los profesores y los últimos chismes de la escuela. Pero luego, Aryan cambió de tema, su tono se volvió más serio.

—Oye, Violet... ¿puedo preguntarte algo? —dijo Aryan, mirándola con curiosidad.

—Claro, ¿qué pasa? —respondió Violet, ligeramente sorprendida por su cambio de tono.

—Bueno... he estado pensando... ¿Ha pasado algo entre tú y Walker? —preguntó Aryan, su voz llena de dudas.

Violet sintió cómo su corazón se aceleraba. Se puso nerviosa, tratando de mantener la calma mientras negaba con la cabeza.

—No, nada... solo somos.. amigos —respondió, intentando sonar convincente.

Aryan pareció aliviado al escuchar su respuesta, pero también un poco avergonzado.

—Lo siento, no sé por qué pensé eso  —dijo, rascándose la nuca en una muestra de nerviosismo.

Violet solo sonrió y asintió, agradecida de que Aryan hubiera dejado el tema. Aunque no podía dejar de pensar, ¿habían sido demasiado obvios al respecto?

𝙤𝙗𝙨𝙚𝙨𝙨𝙚𝙙 |𝘢 𝘞𝘢𝘭𝘬𝘦𝘳 𝘚𝘤𝘰𝘣𝘦𝘭𝘭 𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora