Violet caminaba por los pasillos de la escuela, como de costumbre, cargando su mochila y tratando de evitar ser arrollada por los estudiantes que se apresuraban a llegar a sus clases. Después de hablar con Mia, sentía un peso menos en su corazón, pero aún se sentía culpable por no contarle la verdad.
A medida que avanzaba, una voz llamó su atención y Violet se volvió para ver quién le hablaba. Alex se acercaba corriendo hacia ella, esquivando a los estudiantes con una agilidad sorprendente. Parecía haberlo hecho durante años, como si estuviera acostumbrado a moverse con rapidez por los pasillos.
Violet esperó pacientemente hasta que Alex estuvo frente a ella. Recordaba cómo él se ofreció a ayudarla el otro día cuando se le cayeron los libros, y quedó impresionada por su rapidez al llegar, como si estuviera esperando que algo así sucediera.
Alex, frente a ella, trató de regular su respiración. Era un poco más alto que Violet, lo que la hizo retroceder para poder verle bien la cara sin tener que mirar hacia arriba.
—¿Vas a ir a la fiesta de disfraces de mañana? —preguntó Alex, inclinando ligeramente la cabeza y frunciendo el ceño, esperando una respuesta de Violet.
Violet consideró seriamente la pregunta. Había escuchado a Deena hablar emocionada sobre la fiesta, pero ella misma no sentía muchas ganas de asistir.
—Creo que no, ¿por qué? —respondió Violet, acomodándose las correas de su mochila.
Alex se mordió el labio inferior y miró a Violet con una expresión pensativa.
—Quería disfrazarme en pareja con alguien, ¿te gustaría? —preguntó Alex. El rostro de Violet se llenó de sorpresa. No sabía mucho sobre estas cosas, pero en las películas, esto solía suceder cuando al protagonista le gustaba la otra persona. —Además, eres pelirroja, como Ginny Weasley. ¿Mencioné que iría de Harry Potter?
Alex tocó suavemente las puntas del cabello de Violet que caía sobre sus hombros.
El rubor subió a las mejillas de Violet. ¿La estaba halagando? ¿Coqueteando? Nadie nunca había hecho eso con ella, y se sentía un poco avergonzada. Tal vez aceptar sería la mejor opción, al menos para olvidarse un momento de sus sentimientos por el rubio.
—Me parece una buena idea —dijo Violet, esbozando una sonrisa forzada.
—¿Paso por ti? —preguntó Alex, haciendo que el pulso de Violet se acelerara.
Violet se quedó en silencio por un momento, sintiendo una mezcla de miedo.
—Me voy con Charlie, gracias de todos modos —respondió Violet, forzando otra sonrisa antes de darse media vuelta.
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La noticia de una fiesta se había propagado por todo el colegio, llegando a oídos de cada estudiante. Era una fiesta para todos los años, sin adultos, en la casa de uno de los chicos más populares. Walker y Aryan estaban emocionados por asistir, pero Mia era la única que no parecía entusiasmada.