En la clase de la señorita Sasha, Violet se encontraba en una situación inusual. Era la primera vez que dejaba su hoja en blanco, sin responder a ningún ejercicio. Estaba atrapada en sus propios pensamientos, sintiéndose completamente perdida. Mientras miraba hacia atrás, buscando a Walker, se dio cuenta de que él no estaba allí. Se olvidó de que el club de robótica tenía una reunión en ese momento para trabajar en sus proyectos. Aun así, el recuerdo de Walker seguía apareciendo una y otra vez en su mente.
Lo odiaba. Esa era su explicación lógica para el repentino interés que sentía por él. Sí, era eso. Él la besó de la nada, lo cual la hizo cuestionarse por qué lo hizo. Lo odiaba por eso. Estaba casi segura.
Miraba al suelo, luego a su escritorio, sin poder dejar de revivir el momento de aquel beso. Walker estaba constantemente en su cabeza y ni siquiera la presencia de Mia a su lado podía disipar ese pensamiento. Después de tres intentos fallidos de intentar entablar una conversación con Violet, Mia se rindió.
La presencia de Walker en su mente era abrumadora. No podía evitarlo. Cada vez que cerraba los ojos, su rostro aparecía vívidamente en su imaginación. Se preguntaba qué significaba todo eso y por qué no podía apartarlo de sus pensamientos. Era como si su presencia hubiera desencadenado algo en ella, algo que no podía comprender del todo.
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NARRA VIOLET
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Tomé la pluma de mi escritorio con determinación. No podía quedarme así, dejando que esos pensamientos me consumieran. Pero, por más que lo intentara, no podía evitar que ese pensamiento escarbara en mi cabeza una y otra vez.
Odio a Walker Scobell, al menos una parte de mí lo hace. Lo odio por haberme besado, lo odio por tener una sonrisa hermosa, lo odio por tener esos ojos que me hipnotizaron desde el primer día que lo vi en tercer grado, en la primaria. Recuerdo cómo lo miré como si tuviera piojos, pero en realidad me asusté por el poder que sus ojos tenían sobre mí.
Aprieto el escritorio con fuerza, pero por más que lo intento, el sentimiento de odio es reemplazado por algo más... Mi corazón late con fuerza, como si quisiera salirse por mis oídos.
Una corriente de calor me recorre al pensar una vez más en él.
Y entonces lo comprendo. Mi respiración se acelera y finalmente lo entiendo. No quiero volver a ver a Walker, pero quiero volver a besarlo. No quiero volver a hablar con él, pero quiero besarlo.
¿Es imposible que te guste alguien a quien has odiado durante tantos años?
¿O sí?
Me quedo allí, en mi mundo de pensamientos y emociones confusas. No tengo todas las respuestas, pero sé que algo ha cambiado dentro de mí. Walker ha despertado algo en mí, algo que no puedo ignorar.
Suspiro y dejo la pluma en el escritorio. No puedo seguir evitando estos sentimientos.
Realmente me gusta, me gusta y mucho Walker Scobell.
