Salvador

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Desde que tenía memoria, siempre había tenido un poder sobrenatural con él, le agradaba se sentía poderoso, audaz, intocable, pero era repudiado por las personas, cuando fue arrojado a la calle por sus padres porque le tenían miedo fue la primera vez que odio a un adulto. Y ese odio se presentaría muchas veces en su vida.

Si le preguntarán a su yo de diez años que quería en la vida lo más probable es que diría que morir, esa era la verdad, ese era su sueño todas las noches, pero solo tenía algo que lo ataba a su vida de mierda.

Su hermana.

Cuando lo botaron de casa no paso más de una hora cuando Gin escapó tras su hermano, amaba a Ryonosuke más que a nada en el mundo y con sus cortos 8 años no quería ser separada de él. Gin era la razón para que Ryonosuke no se lanzará al puente a la mínima oportunidad.

No tuvieron una infancia fácil, sobreviviendo día día en los barrios bajos, robando para comer, comer para vivir y protegiéndose uno al otro.

Hasta que aparecío ella.

Recuerda bien ese día, no podría olvidarlo aunque quisiera tenía tan solo 13 cuando peleando con un hombre en un callejón, que había intentado llevarse a Gin cuando el no están mirando, su poder se salió de control y termino por atravesar al hombre frente él, cientos de cuchillas de negro azabache penetraron limpiamente el cuerpo del adulto, dejandolo incrustado en las mismas, suspendido en el aire mientras poco a poco su sangre iba manchando las telas y el suelo.

Había sido salpicado y se encontraba en estado de shock, no podía moverse, no podía correr hacia Gin que estaba en una especie de trance bañada en la sangre del hombre, con la mirada perdida en algún punto del suelo. No sabía qué hacer hasta que sintió una mano en su cabeza y como era despojado de su poder, el tipo cayó al piso con un golpe seco creando charcos de su oscura sangre.

- Bien hecho pequeño.- escucho una voz detrás de él, el dueño de la mano que sostenía su cabeza. La voz le pareció reconfortante y sintió un escalofrío que no supo decifrar.

Intento moverse lentamente para ver a la persona de atrayente voz para encontrar a una chica de impecable traje negro y abundante cabello castaño, lo que más llamaba la atención eran sus innumerables vendajes que al parecer estaban por todo su cuerpo, debía admitir que era muy linda y podía ver a un hombre justo detrás de ella que lo miraba con curiosidad, intercalando las miradas entre él y su hermana.

La mujer se puso en cuclillas frente al él para estar a la misma altura, tomo un pañuelo que le extendió el hombre para limpiar su mejilla con una delicadeza que nunca había sentido. Le gustó

- ¿como te llamas pequeño?.- pregunto la chica con una voz sería, pero no le dio miedo.

- Akutagawa Ryonosuke.- contestó sin emoción, mirando fijamente a los ojos de la mayor.

- Que increíble nombre Ryonosuke, dime, ¿tu poder siempre se comporta así?

- no.. hoy se salió de control.- contestó parece que su cerebro empezó a conectar con sus emociones, iniciando con el inminente pánico de haber matado a una persona.- ¡No era mi intención! ¡Lo juró! ¡Ese hombre quería a mi hermana!.

- ¿ella es tu hermana?.- la castaña señaló a la pequeña que aún no salía de su estupor.

- si se llama Gin.

- Oda.- la castaña le hizo una seña a el hombre que se había mantenido al margen de la conversación, para que fuera por la niña. Este no espero para acercarse a esta y con cuidado de no alterarla la tomo en brazos.

- ¡Esperen! ¿Que hacen? ¡Dejen a mi hermana!.- el niño al ver al hombre con la pequeña, que no reaccionaba se lanzó directamente a la castaña que había dado la orden.

Mi Niña Amada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora