Ella

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Atrapado
Solo
Obligado

      Verbos que expresaban su situación, atrapado en un cuerpo que no sentía como suyo, verse al espejo con los diferentes vestidos, maquillajes y lazos en su cabello castaño le repudiaba.

      Aún se preguntaba ¿Como llegó allí?, ¿Acaso era un castigo divino?, no creía en Dios, pero estaba tentada a pensar la posibilidad.

      Estaba perdido, sin emociones, sin dignidad, sin derecho a elegir que vestir, con quién estar y a dónde ir.

     Sobre todo odiaba ir a esa oficina en particular, no todo podía considerarse "malo" gozaba de más "libertad", cómo por ejemplo el no seguir viviendo en la misma habitación que el doctor, su habitación estaba en la misma ala, pero el poder tener la elección de cerrar una simple puerta para tener privacidad era lo mejor ahora que había cumplido los 16 años, era toda una señorita, como le gustaba decirle su mentor y con ello nuevas perspectivas en su jaula de cristal, aunque no iba a caer, ella lo sabía mejor que nadie, solo era un poco más de centímetros agregados a su correa, para que no olvidará a quién pertenecía. Y como siempre le era recordado.

—Mi bella Aiko que bueno que apareciste.— hablo el pelinegro, sentado en el sillón del escritorio con una sonrisa en su cara satisfecha, no le había prestado atención al hombre de saco color caqui parado justo al frente del escritorio.— Veo que estás utilizando el último vestido que te compre, te queda hermoso.

     Lo odiaba, pero al menos este era un poco más juvenil que los moños que le encantaba ponerle, constaba de un vestido línea A hasta un poco más arriba de las rodillas, de cuello redondo y mangas largas, que había optado por combinar con un cinturón, medias hasta la rodilla para tapar sus vendas y un listón de color blanco, con un saco regalo del doctor también en color negro.

—Para que me necesitaba Mori-san.— hablo inmutado, de forma monótona, de todas formas no sentía poder soportar a su maestro justo ahora.

— Quería presentarte a tu nuevo subordinado Sakunosuke Oda, el hará de tu guardaespaldas y estará contigo todo el tiempo.— explico el mayor aún si dejar de mirar al peli-castaño de forma penetrante, este ya estaba acostumbrado. Pero le molestaba que le pusieran una niñera.

— Maestro, no necesito una niñera, por algo soy el ejecutivo más joven de aquí, puedo cuidarme solo.— aunque se encontraba enojado no le daría el gusto de mostrarlo.

—Eso lo sé Aiko, pero solo quiero que mi niña esté segura, nada más, esto ya está decidido y no quiero una palabra más del asunto.— Sonó firme, con convicción, sabía que ya no debía tentar a la suerte si no quería ser encerrada de nuevo.

     El hombre con el nombre de Oda se había mantenido al margen de la pequeña discusión entre la chica y su superior, sentía que no debía meterse, solo seguiría a la ejecutiva para que no se metiera en problemas he hiciera sus labores como correspondía, no creía que fuera tan difícil, había hecho cosas peores.

     No sabia lo equivocado estaba.

Publicación: 3/nov/23
Edición:  13/oct/24

      Hola gente, he vuelto, acabo de empezar mi segundo semestre de universidad, y no quiero prometer nada sobre esta historia, pero veo que aún con mi desaparición, la gente aún le gusta, siempre veo estrellitas, comentario o los agregados a las listas y eso me hace muy feliz.
    Como saben (o no) soy una estudiante de literatura, día con día estoy intentado mejorar mi escritura y casi un año después de publicar el primer capítulo me di cuenta de varios errores que ahora no puedo permitir. Aún no soy perfecta y aún no escribiré un gran libro para publicarse, pero estoy aprendiendo y quiero dar lo mejor de mí en todos mis escritos.
     Lamento las lentas actualizaciones y espero terminar algún día esta historia, tal vez tenga algo preparado para su aniversario, pero como dije en el párrafo anterior no quiero prometer nada.
     Espero que les haya gustado esta edición y seguiré editando los capítulos cada que pueda.
     Espero que estén súper bien y nos vemos en otro momento de la vida
     Bay Bay solecitos

Mi Niña Amada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora