es mi vida

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La alarma sonó de forma estridente, había logrado conciliar el sueño nuevamente junto al mayor después de su charla durante la madrugada. Fue el primero en levantarse y abrir las cortinas de la habitación para molestar a su compañero, que si no fuera por esto, Oda ignoraria sus responsabilidades solo por dormir más; pudo escuchar el resto de alarmas de la casa sonar y así iniciar el día.

Se adentro al baño de la habitación, era el único aparte de Oda que utiliza ese baño por dos simples razones.

1. Estaban todas sus medicinas y según palabras de Odasaku " así administraba y estaba al tanto de su tratamiento".

2. Vivía en una casa con 7 adolescentes, no planeaba hacer fila para ir al baño, que se jodan ellos, su cabello necesitaba un trato especial.

El ajetreo en la gran casa era de lo más común, después de 4 años te acostumbradas a los gritos de 8 chicos adolescentes, se podría decir que había encontrado la paz en esa casa una tranquilidad bastante buena, quería a los niños que cuidaba y no pensaba que había desperdiciado su vida al acogerlos.

- Dazai-San, devuélvame mis zapatos.-

- yo no tengo tus zapatos, Katsume.- contestó el castaño mientras se adentraba en la cocina donde estaba Oda, mientras miraba al chico de 14 años que estaba en la mesa del comedor justo en frente con los demás.

- Aku.- soltó el chico, para solo ver cómo Akutagawa utilizaba Rashomon para alzar al castaño de cabeza y poder ver unos zapatos deportivos de color azul, donde justo en la suela vislumbraba el nombre de "katsume"

Bueno no siempre se arrepentía

Lo cierto era que todos los días era una faena con los habitantes de su casa que con el paso de los años habían logrado una convivencia bastante buena y agradable para todos. Los 5 menores estaban en la escuela de ese pequeño pueblo, mientras que el trabajaba junto con Akutagawa y Gin  con una organización en la ciudad. Y Dazai...

- ¿Quien va a ayudarme en el café hoy?.- la verdad lo enorgullecía bastante el como el castaño había cambiado, luego de esa noche en la terraza, fue una montaña rusa para ambos, tanto para él como único apoyo emocional del chico y para este mismo que ni siquiera lograba identificarse con un solo género.

Logro que tomara terapias con un psiquiatra, que termino por mandarle medicamentos y hace un año abrió una pequeña librería café, siendo él  el jefe y llevándola al principio con la ayuda de todos ellos, recuerda que tuvo que tomar varias semanas de descanso en el trabajo para ayudar al castaño. Pero el esfuerzo había valido la pena, Dazai estaba medianamente estable, seguía su tratamiento correctamente, estaba feliz con su cafetería, y llevaba más de dos años sin un ataque de pánico. Había sido duro para todos pero seguían adelante unidos.

-Esta bien niños cuando terminen de desayunar: Yu, Shinji, katsume, Sakura a la escuela que se les hará tarde, Gin te toca trabajar conmigo en la cafetería, Oda y Akutagawa deben apresurarse si no llegarán tarde.- mando el Ex-jefe de la Port Mafia, habían algunos malos habitos que eran difíciles de quitar.

- ¿cuando te toca tu cita con Ango?.- pregunto el mayor mientras comía de sus huevos revueltos, un desayuno muy Americano a su parecer.

- mañana, aunque dijo que pasaría a almorzar hoy.- Oda asintió, dando a entender que había oído la información, a la vez que veían como la menor de la casa salía corriendo de su habitación, la parecer, buscando algo.

- Sakura-chan ¿que estás buscando?.- pregunto Gin, terminando su avena.

- no encuentro mi trabajo de matemáticas.-

- ¿Y es muy importante ese trabajo?.- intervino Kosuke de manera despreocupada, sin preveer como era sujetado por su chaleco por su frenética hermana adoptiva.

Mi Niña Amada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora