incompleto

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Al acariciar el cabello contrario sentía un remolino de emociones en su pecho que no podía descifrar.

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que subió a la habitación, o cuánto tiempo paso desde que Dazai se había apoderado de él y ahora no podía escapar de los largos brazos que apresaban su cintura. Estaban tan juntos que no sería fácil distinguir quien era quien en la oscuridad y mentiría si dijera que le molesta.

Pudo captar vagamente una melena rojiza desde la trampilla del suelo, pero estaba lo suficientemente entretenido con las suaves ondas del otro chico como para prestarle atención. Sabía que Oda lo vigilarla en cualquier momento era imposible que no escuchará los gritos y el llanto.

Ahora estaba mirando al techo, no sabía si el castaño estaba dormido o despierto pero podía sentir su calmada respiración que solo lo dejaba anhelando porque este momento nunca acabará, se sentía egoísta por querer que nadie lo aparte de su viejo compañero. Mientras estaba allí su cabeza no dejaba de pensar. Y como un foco una pregunta se reveló

Si el castaño era un suicida, ¿Como Oda, incluso su psiquiatra, permitía que viviera en el ático?, dónde tenía acceso a la puerta hacia el techo. Su mirada fue rápidamente al lugar de la pequeña puerta, para ver que la escalera para subir ya no estaba, y tablas de madera cubrían la puertecilla. Bueno eso lo explicaba.

- Oda suele trancar la puerta cuando tengo alguna crisis, aunque no suele ser necesario, siempre termino en su habitación.- Se sobresalto al escuchar al otro en la habitación, su voz retumbó en sus propias costillas haciéndole algunas cosquillas.

Se sentía mal, enfermo, no sabía que su separación había influido tanto en la salud del castaño. ¿Habría sido diferente si hubiera escuchado antes de huir? ¿Seguirían juntos entonces? No, basta Chuuya.

No podía pensar en el pasado, lamentando lo que nunca pudo ser, lo mejor era concentrarse en un futuro donde pudiera estar con Dazai. Quería ser aceptado y querido por él, aunque probablemente nunca lo diga en voz alta.

- ¿estás cómodo?.- una pregunta estúpida, pero no sabía que más decir, tampoco podía preguntar "¿Estas bien?" Era obvio como estaba. El contrario no respondió pero afianzó su agarre a su cintura, el cabello castaño le hizo cosquillas debajo de la barbilla.

El viaje a los brazos de Morfeo llegó sin previo aviso, abofeteando directamente para dejar de pensar. No sabría si era un regalo o un castigo.

Despertar en una cama vacía y desconocida no era la mejor manera de hacerlo, todo estaba oscuro y no lograba ubicarse; demasiado despacio para su gusto; bajo lentamente de la cama y busco a tientas el agujero en el suelo. No es necesario resaltar que casi cae por el mismo. Allí estaba la palabra clave "casi".

Bajar hasta la sala de la casa en donde podía oír murmullos bajos, se sintió raro, estaba desorientado por las horas de sueño. Solo pudo ver a través de las ventanas que ya había oscurecido ¿Cuanto tiempo había dormido? ¿Cuanto tiempo había estado solo? ¿Donde estaba Dazai?

Al llegar a la cocina pudo ver a Oda y Ango, en la misma posición que recordaba haberlos dejado cuando subió, como si el tiempo no hubiese pasado por ellos. Sin rastro del castaño

- Dazai está tomando un baño.- como siempre Oda, leyendo la mente de las personas ¿Será esa su habilidad? Nunca lo había sabido.

Se sentó en el mismo taburete de la mañana recargando sus brazos en la encimera.

- Cuanto tiempo dormí.- Pregunto.

- durmieron todo el día pasan de la 6, los chicos no tardan en llegar.- no podía leer la expresión en los mayores.

- ¿Ahora en qué piensas?. - el que rompió el silencio sorprendentemente fue Ango, desde que frecuentaba esa casa no había hablado con el ahora conocido psiquiatra, él era un fantasma, que suele sentarse en la mesa del comedor con una computadora portátil.

Sabía a lo que se refería, que pensaba ahora de Dazai después de verlo de esa manera. La respuesta era fácil.

- No lo sé.- y era la verdad, por más que tuviera sentimientos hacia el castaño, le dolía ser parte culpable de la estabilidad mental del mismo, no sabía cómo sentirse, había un vacío en su pecho, indescifrable, crudo, con ganas de tomar todo de él.

- es entendible, es la primera vez que lo ves de esa manera, imagino que verte despertó ciertos recuerdos nada gratos en donde participas.- Lo sabía, los habían oído.

-El día que nos separamos. Cuando huyeron.- no pudo evitar mirar al castaño cobrizo, sus ojos se encontraron, pero no pudo leer nada.

-Lo hemos tocado en terapia.- Ango no iba a decirle más que eso, no solo por la privacidad médico-paciente, no confíaban en Chuuya.

El silencio que siguió fue incómodo, si prestaba la suficiente atención, podía escuchar un goteo en alguna parte de la casa. Una taza de café negro se posó frente a él, miro a Oda en forma de agradecimiento y tomo un sorbo, estaba caliente.

El celular sonó con un tono peculiar, rompiendo de forma abrupta el silencio prolongado. Oda sabía cuál era ese tono, el que denotaba una emergencia.

- habla Oda.- contestó, la voz de Fukuzawa hablo al otro lado de la línea.

- Oda, emergencia, localizamos un yate estado unidense en la costa, necesito que vayas con Akutagawa a investigar.- pudo escuchar el refunfuñó de Ryonosuke al fondo de la llamada, diciendo que podría encargarse por si mismo.

Vio al pelinaraja sentado frente a él, tenía miedo de dejar a Dazai en ese estado con el mafioso. Pero no tenía otra opción. Suspiro

- voy para allá.- cerró el teléfono y miro directamente a Ango.- ¿puedes llevarme a la ciudad?.- el de lentes asintió. Dirigió su vista hacia el ejecutivo, su mirada dice más que mil palabras

- no iré a ningún lado, no le pasará nada mientras esté yo aquí.- contestó.

- más te vale.- y sin más tomo su saco del perchero y con Ango justo detrás salió de la casa.

Esperaba que todo saliera bien.

Adivinen quien volvió

No me maten por favor, la verdad es que mi semestre termino hace un mes más o menos, pero no me sentía preparada para seguir la historia

Estuve sufriendo con algunos fánfics y demás y también tomando algo de inspiración.

Para cuando suba este capítulo, voy a tener listos algunos más, si no me gana la ansiedad y lo suba muy pronto (me gano la ansiedad)

De todos modos espero que les haya gustado, seguimos con la angustia de Dazai en una crisis y espero estar abordándolo de una manera adecuada y algo realista. Por favor déjenme sus comentarios, amo leerlos y me animan un montón a seguir escribiendo.

Los quiero mucho solecitos

Mi Niña Amada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora