Ｖａｓｓｙ Ｆａｃｅ

18. Presentación Incómoda

Se hizo de noche, y Héctor y Vas estuvieron hablando hasta muy, muy tarde, teniendo clases el día siguiente. Habían hablado con Sal y Larry, y al ser de diferentes edades, no iban a coincidir en ninguna clase importante, sólo Vas en las optativas, ya que escogió artes. Héctor escogió computación, pero no iba a ir solo, supuestamente, ya que unos amigos de estos iba a ciencias de la computación también, se llamaban... ¿Todd y Ashley?

Después de tanto hablar, sonó el despertador, por lo que se vistieron rápido. Héctor con su icónica sudadera naranja y azul, con unos vaqueros negros y zapatillas moradas, y Vas con una sudadera, la misma que el día anterior, de Nirvana y unos vaqueros anchos negros, junto sus converse azules de bota que le regaló su tío. Desayunaron galletitas de mantequilla caseras que hicieron Larry y Sal, y un café hecho por Lucía de caramelo y chocolate, su especialidad. Tenían que ir andando, y no podían ir con sus amigos ya que empezaban antes las clases, porque tenían que recuperar asignaturas. El camino fue normal, iban escuchando música, mientras hablaban sobre su anterior instituto y debatían si iba a ser igual. Avanzaron tanto que ya veían el instituto, tuvieron que esperar afuera, ya que llegaron demasiado pronto.

—Lo que nos faltaba ya... —Se quejó Vas.

—Mejor llegar pronto que tarde, piensa en eso. —Contestó Héctor.

—¿Qué importa? ¿A quién van a avisar? ¿A nuestros padres? Ah, es verdad, que no tenemos, vaya. —Rió Vas, cómo contestación.

—Joder eh, menudo humor, pero no más negro que tu ex. —También quiso reírse un poco, no estaba mal, siempre le hacía esa burla.

—Ese nivel de negro es imposible, lo siento mucho Héctor. —Respondió Vas entre risas.

Siguieron escuchando música en los auriculares durante unos cuantos minutos. No sabían cuánto había pasado, pero les dio tiempo a escuchar Baby Hotline y Bring The Pain (New Wave), a parte de un par de canciones de The Living Tombstone. El timbre era el típico de película americana, no como en su anterior, que eran canciones. Al entrar se sentían en la introducción de una película, pasillos largos con clases y escaleras, taquillas por las paredes, con fotos dentro de ellas, la sala de profesores con una ventana para ver dentro, cafetería enorme, clubes, piscina... Era un sueño hecho realidad.

Se podía sacar el teléfono entre clases, por lo que miraron donde iban, ya que iban los dos juntos a todas las clases, menos a la optativa. Tenían que ir a segundo f. Vaya, la clase de los típicos graciosos que sacan malas notas. Las clases iban por niveles académicos, y tenían que ir al nivel más bajo de segundo de la ESO.

Estuvieron muchísimo tiempo andando por el instituto, ya que era bastante grande, y de dos plantas. Tuvieron suerte, y les tocó en la primera. Eran conscientes de que se tenían que presentar ante toda la clase. Mierda... Iban a mirarles mal. Entraron en la clase, y llegaron dos minutos tarde.

—Bien, no miréis mal a- —Las palabras del profesor fueron cortadas debido a que la puerta de clase se abrió de repente. Rápidamente cambió de tema. —Bien, han llegado los nuevos. Disculpadme, ¿A qué se debe este retraso?

—A usted que le importa viejo de mie- —Héctor le tapó la boca por encima de la prótesis a Vas antes de que pudiese terminar de hablar.

—Discúlpenos, profesor, al ser nuevos, nos habíamos perdido un poco. —Contestó rápidamente, mirando a Vas de reojo, el profesor no llegó a escucharla a ella. Todavía estaban en el pasillo, la gente ya se estaba empezando a levantar a mirar, o a echar las mesas hacia adelante para ver, pero el profesor les regañó y se sentaron bien de nuevo.

—Oh, vale, lo comprendo. Al ser nuevos, si venís tarde los tres primeros días, no se pone retraso, por lo que no importa. Os hemos preparado dos mesas al final de la clase, id a dejar vuestras mochilas, y venís al frente a presentaros. —Dijo el profesor. —A todo esto, disculpad mi ignorancia, mi nombre es Heliodoro, profesor de matemáticas y vuestro tutor.