—H-Héctor...
Héctor ni se molestó en contestar, simplemente salió corriendo a buscar a Vas a la cárcel más cercana. Nunca tuvo buena resistencia, pero en ese momento, o se cansó en ningún momento de correr, era como si todo dependiese de correr sin parar. No se paró a descansar, no le hacía falta, las piernas se movían por sí solas. Tenía lágrimas cayendo de sus ojos, le impedía ver,muero podía diferenciar siluetas y formas. Llegó. Llegó y no paró de correr. Entró empujando a todos los paparazzis, empujando a todos los que estaban solo para ver mientras le interrogaban. Él seguía sin importar nada, hasta que vio a Vas. Tenía puesto un traje naranja, típico de cárcel y estaba esposada por los tobillos, cuello y muñecas. A él lo agarraron unos policías, para que no se acercase más a la criminal.
—¡VAS! —Gritó con todas sus fuerzas, parecía como si estuviera agonizando. Ella se giró nada más escuchar su nombre.
—¡HÉCTOR! —Intentó apartarse a los policías que la sujetaban, consiguió tirarlos al suelo y corrió hacia Héctor para darle un abrazo, o un intento de abrazo, ya que no podía con sus cadenas.
No pudieron decir mucho, ya que se la llevaron lo más rápido posible. Él daría lo que fuese por que pudiera seguir con ella, daría su alma si fuese posible. Pero no. Vas no iba a volver, eso lo tenía él muy claro. Sabía que ella iba a pasar su vida lejos de él. La iba a perder. ¿Y lo peor de todo? Él no podía hacer nada.
Pasó todo el día ahí, fuera de la cárcel sentado en la acera, hasta que vino alguien que le resultó familiar. Exacto, Kevin.
—Kevin... Ya no sé qué hacer...
—Héctor, sé que no me vas a creer, pero todo va a salir bien. No tienes que preocuparte por absolutamente nada.
—¡Sí! Porque como no metiste mierda de Lucía en el juicio...
—Esta vez te lo digo en serio, Héctor. Por favor...-
—¡¿Cómo voy a creerte si fuiste tú quién inició esto?! Si no fuera por ti, esto jamás habría pasado...
—Mira, va a ser diferente. Ya lo verás. A Vas no le va a pasar nada. A ella no... —Esas últimas palabras las dijo a lo bajo, cosa que Héctor percató pero a lo que no lo dio importancia. En verdad sí, pero no lo iba a mostrar, prefería quedarse eso para él y analizarlo más tarde.
—Mira, Kevin... No he tenido un buen día... De hecho, no ha sido sólo hoy, estoy más estresado últimamente y no encuentro felicidad en muchas cosas que antes me resultaban lo mejor... Discúlpame... —Admitió Héctor. Al final suspiró, en verdad lo sentía, ya que iban a ser juzgados por igual... ¿No?
—Sí... Te entiendo... De todos modos —Cambió rápido el tema. —Aquí cerca hay una cafetería, ¿te interesaría ir? —Propuso Kevin, con una sonrisa. Algo a Héctor se le hacía extraño... Cómo si algo no encajara, no en Kevin, no en alguien a quien odiaba y que probablemente él también le odiaba. Hipócrita... —Venga, invito yo. Yo invito y tú pagas. —Empezó a reír en ese intento de "broma". —Vale, no. Invito yo y pago yo.
—Cómo eres un puto insistente, voy a aceptar, pero sólo para que dejes de tocarme la polla. —Estaba enojado, en verdad no quería hacer nada con Kevin. Él tendría los pies en la tierra y no se dejaría llevar por Kevin.
—¡Bien! Sígueme, amigo mío, te voy a llevar a la mejor cafetería de la zona.
El camino fue lo que se puede decir normal, llegaron y se sentaron en una mesa libre. Pidieron y tomaron lo que pudieron en silencio.
—Te ves sonriente. Di la verdad. —Comentó Héctor. Estaba serio. —Suéltalo
—Bien... —Dijo Kevin, rendido. —Vas y yo hemos hecho un tra- —Antes de que terminara la frase, Héctor le detuvo.
—¡Joder! ¡Y no me lo dice! —Estaba asombrado, pero un poco feliz. —Kevin, —Cambió Héctor su expresión facial y forma de hablar. —hacer un trato con ella es... Bueno, no es tan sencillo cómo crees. Sino cumples puede hacerte algo muy, muy malo. Se toma ese tema muy en serio, probablemente te haya dicho ya ella lo que pasaría si no cumples, es algo que jamás deja escapar.
—Sí... Lo hizo. Juro que lo voy a cumplir porque... Lo siento, siento lo que le hice y lo que ha pasado... De verdad... —En verdad, se veía sincero, pero Héctor ya le conocía.
—No voy a preguntar ya que la conozco muy bien, y sé que ni habrá sido una amenaza suave, y menos tratándose de tí... Pero, que sepas que lo que te haya dicho, lo va a cumplir sin importar lo que sea o que tan malo o bueno sea. No podrás escapar de ninguna manera posible.
—¿Es una amenaza?
—Es una advertencia. Sé que no lo estás haciendo, pero tómatelo en serio. Es peligrosa en el interior.
—¡Ja! Me lo dices a mi...
—Mira Kevin. Sé que la vas a traicionar, sea lo que sea con lo que hayáis hecho un trato. Es más inteligente de lo que puedas llegar a pensar, y puede que ella te esté incluso mintiendo y no vaya a cumplir, aunque no es muy probable. Deja de tomarte esto en broma porque no va en broma. Te has metido en algo que no tienes ni puta idea y puede que tu vida esté en peligro por ti culpa. Has salido vivo una vez, te aseguro que dos no, y menos con ella cerca. Jamás debiste haberte mudado a Nockfell... Ella te quiere matar, lo sabes de sobra, saves que te quiere muerto y que es peligrosa, y aún así viniste... De verdad, no te lo tomes a broma, no puedo darte más consejos ni advertencias, tengo que irme. —Se levantó de la silla dando un golpe, los demás les estaban mirando. —Buen día.
Lo que Héctor no sabía, era que Kevin sabia donde vivían. Sí, se lo estaba tomando a broma, él estaba muy seguro de lo que hacía. Total, ¿qué podía pasar? Tan sólo era una adolescente loca que prometió matarle...

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Vassy Face
FanfictionLucía Vas Jiménez es una adolescente de 14 años con cara próstetica debido a un accidente que tuvo en su pasado. Debido a la muerte de sus padres y su hermana, se muda a los Apartamentos Addison, junto a su mejor amigo, Héctor, cuyos padres también...