10. Chispea

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El sonido de el tocar de la puerta, y de la lluvia... Justo ese día iba a nevar, ese ambiente frío con calefacción en la casa, hacía ver por fuera todo nevado, pero por dentro un ambiente cálido, ideal para tomarte un chocolate calentito con unos churros, mientras haces una maratón de películas... Ese tipo de tiempo.

Vas se acercó a la puerta lentamente para abrirla, viendo por la mirilla quién era. Ya sabía quién iba a ser, pero igualmente, nunca está de más asegurar. Exactamente, era Sal Fisher. Abrió lentamente la puerta, saludándole cómo de costumbre, se quedaron un rato en el pasillo, sin embargo, Vas sabía para lo que estaban, quiso dejar el tiempo pasar un poco. Estuvieron así unos veinte minutos aproximadamente, hablando, haciendo bromas... La única prenda que impedía que se viera la lencería de Vas era una camiseta gigante de 'Nike' roja, que era de su padre y compró la talla que no era la correcta por error. Se había pintado las uñas de los pies y se había hecho la pedicura, aparte de arreglarse la manicura, con su amiga que conoció hace poco, Angie.

Al pasar ya un tiempo, que se fueron acercando, haciéndose insinuaciones, tocándose sutilmente, para que no se notase mucho lo que buscaban, acabaron en un beso apasionado, con Sal sobre Vas, agarrándola de las muñecas contra el sofá, para no dejarla ir. Cómo siempre, sólo se levantaron la prótesis, pero Vas hizo algo inesperado para el peli azul.

S-Sal... Un momento, tú no lo hagas si no es necesario...—La voz de Vas era tierna y aguda, evitó mirarle a los ojos, sólo miró a la izquierda.

N-no te preocupes... Haz... Lo que quieras...—Sal no sabía cuál iba a ser el próximo movimiento de Vas, así que esperó a ver qué hacía.

No comentes nada malo, porque ya lo sé...—Vas sonaba desconfiada.

Después de decir eso, se sentó y empezó a desabrocharse su prótesis... Primero el enganche de abajo... Luego el de arriba... ¿Cómo era su cara? Una mitad de su cara era casi perfecta excepto por pequeñas heridas y cicatrices, y la otra mitad estaba completamente quemada, llena de heridas y cicatrices, y tenía cortadas las mejillas... Claramente, y lo que más destacaba, con o sin prótesis, le faltaba su ojo izquierdo.

 Claramente, y lo que más destacaba, con o sin prótesis, le faltaba su ojo izquierdo

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(No soy artista, pero sí, está es la icónica Vas)

A Sal le entraron más ganas aún de besarla, pero no por su belleza, sino porque de alguna forma, le parecía un gesto, una acción de que le tenía confianza. No dejó de mirar en ningún momento, y decidió quitarse su prótesis también. Al hacer esto Vas acarició su cara, sintiendo esas cicatrices, sintiendo sus heridas... Él la besó en la mejilla, y le dio otro beso, cerca de los labios, para después elevar la cabeza y que Vas le siguiera acariciando la mejilla. Se miraron a los ojos durante varios segundos, y los dos empezaron a llorar, y a sonreírse mutuamente. Se siguieron besando, iban notando cómo se iban quedando sin aire, entonces paraban y repetían hasta volver a quedarse sin aire y empezar de nuevo. Sin la prótesis era mucho más fácil y cómodo.

Vassy FaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora